HAMNET
(Maggie
O’Farrell)
La escritora irlandesa tardó mucho en escribir Hamnet.
Tanto, que antes terminó tres libros antes de ponerse con ese documento que
tenía en su ordenador.
La autora dice:
-“Tenía una sensación extraña acerca de escribir sobre el tema.
No soy una persona muy supersticiosa, pero había algo, quizás porque tengo un
hijo y dos hijas como Shakespeare. Sentía que no podía escribir el libro hasta
que mi hijo no tuviese más de once años. Suena absurdo, porque no existe
demasiado peligro de que mi hijo coja la peste negra, aunque nunca sabes. Ahora
tiene 17, así que creo que está fuera de peligro”.
Agnes (Anne Hathaway) esposa de Shakespeare, es la
verdadera protagonista de esta historia. Su
padre escribió Agnes en lugar de Anne en su testamento. Y ese es el nombre que
le asigna la autora en su libro. La figura de una mujer que no fue ni
sombra ni pequeña, pese a la estatura que el tiempo le ha concedido a su
monumental esposo.
Es una vindicación no una reivindicación de este personaje,
la mujer de Shakespeare, 8 años mayor que él, campesina, gran conocedora de las
propiedades de las plantas, visionaria, tiene un sexto sentido, sabe lo que va
a pasar, cura enfermedades mediante las plantas, una mujer del bosque, podría
ser cualquier mujer del siglo XVI, pero la autora se empeña en mostrarnos todo
lo extraordinario que hay en ella. Sabe a lo largo de la novela en su lecho de
muerte estará acompañada por dos de sus hijos, no por los tres que tiene. Pero
ella no es capaz de salvar a su hijo y tampoco de sentirlo tras su
desaparición. Solo sabe que está enterrado en el cementerio, con la mortaja que
ella misma le hizo, descomponiéndose poco a poco. Y eso la incapacita durante
un tiempo, son sus hijas las que tienen que hacerse cargo de los asuntos de la
familia. Entre ellos, los negocios de su padre, que invertía sus enormes
ganancias del teatro en comprar propiedades. Es un personaje con mucha fuerza.
Curiosamente a Shakespeare ni le nombra, ni siquiera por su
nombre de pila William. Quizá porque como comentaba previamente la que le
interesa en realidad es ella Agnes, su mujer.
William Shakespeare nació en 1564 en Stratford–upon-Avon
(Inglaterra), es el tercer hijo de John, comerciante y fabricante de guantes y
Mary. La andadura de Shakespeare como
dramaturgo empezó tras su traslado a Londres, donde rápidamente adquirió fama y
popularidad en su trabajo para la compañía Chaberlain's Men, más tarde conocida
como King's Men, propietaria de dos teatros, The Globe y Blackfriars. También
representó, con éxito, en la corte. Sus inicios fueron, sin embargo, humildes,
y según las fuentes trabajó en los más variados oficios, si bien parece
razonable suponer que estuvo desde el principio relacionado con el teatro,
puesto que antes de consagrarse como autor se le conocía ya como actor.
Hay pocos datos de la vida personal de William Shakespeare,
pero muchos menos todavía de su familia. Estaba casado con Anne Hathaway –sí,
como la actriz– y tuvo tres hijos: Susanna, Judith y Hamnet, que eran gemelos.
El niño falleció a los once años. O'Farrell se enteró de ese dato cuando tenía
16 y aún estaba en el instituto. Y se le quedó grabado. En el siglo XVI Hamnet
y Hamlet eran dos formas intercambiables del mismo nombre, lo que para ella
quiere decir que Shakespeare le escribió una obra a su hijo fallecido. O, al
menos, con su nombre.
Otra peculiaridad de
esta novela es su estilo, muy pausado, muy bello en sus descripciones de la
vida doméstica del siglo XVI, pasan pocas cosas, pero las que pasan van dejando
huella indeleble en cada uno de los lectores.
El tema principal es el duelo, la muerte, el temor a la
perdida de nuestros seres más queridos. Y la manera en que enfocan esta muerte
cada miembro de la familia.
Trata también el tema de la maternidad, el embarazo, el
parto, el matrimonio, con una sensibilidad sorprendente. Narra igualmente la
dificultad para gestionar la pérdida de un hijo.
Pero también es un homenaje al teatro.
De forma sutil a lo largo de toda la narración, que se hace explícita
cuando la novela está a punto de terminar. Agnes viaja hasta
Londres al corral de comedias donde su marido representa Hamlet y en
esa escena final, la autora cierra todos los cabos sueltos de la trama;
conecta con el teatro el doble dolor de la madre: por la pérdida del hijo
y por el presunto distanciamiento del marido; y enlaza la tragedia
doméstica del pequeño Hamnet con la tragedia universal del príncipe de Dinamarca.
Agnes, experta en hierbas medicinales, sanadora de cuerpos
–pero incapaz de sanarse a sí misma por la muerte de su hijo–, descubre
en el corral de comedias otro tipo de «magia», «el encantamiento del
hechicero» que obran los actores en el escenario. La conexión «entre la vida y
el teatro». Y entonces «entiende»: «la comprensión llueve sobre ella en finas
gotas: su marido ha obrado algo semejante a la alquimia».
Frase que le dijo Shakespeare a su esposa antes de morir
'La vida es muy corta para amarte en una vida, prometo
buscarte en la otra'.
Apetece seguir leyendo a esta autora, por ejemplo: La primera mano que sostuvo la mía, Tiene
que ser aquí y Sigo aquí.