jueves, 30 de enero de 2020

Mujeres que compran flores 
(Vanessa Monfort) 

Es un libro que ayuda a quererte.
En un pequeño y céntrico barrio de la ciudad hay cinco mujeres que compran flores. Al principio ninguna lo hace para sí misma: una las compra para su amor secreto, otra para su despacho, la tercera para pintarlas, otra para sus clientas, la última... para un muerto. La última de estas mujeres es Marina, y esta es su historia. Después de la pérdida de su pareja, Marina se da cuenta de que está totalmente perdida: había ocupado el asiento del copiloto durante demasiado tiempo. Buscando empezar de cero acepta un trabajo provisional en una curiosa floristería llamada El Jardín del Ángel. Allí conocerá a otras mujeres muy diferentes entre sí, pero que, como ella, se encuentran en una encrucijada vital con respecto a su trabajo, sus amantes, sus deseos o su familia. De la relación entre ellas y Olivia, la excéntrica y sabia dueña del local, surgirá una estrecha amistad de la que dependerá el nuevo rumbo que tomarán sus vidas.
Cada una de las mujeres que aparecen en la novela va a vivir su propia transformación cual crisálida para descubrir no solo quiénes son sino qué mujeres quieren ser.
Un lema reina entre las páginas del libro: “Vivir es un tema urgente” 
Las tramas que se tejen quedan perfectamente resueltas y con un brillo de fuerza y energía positiva brutal. Podemos ser quienes queramos ser cuando dejamos el miedo en la puerta y nos convenzamos de que somos libres de elegir.
Una historia de amistad pero también de esperanza y de nuevos sueños que cumplir. Una aventura cotidiana en busca de la independencia femenina, un épico viaje al centro de los sueños de la mujer contemporánea. Una lectura mágica y muy especial.
Las mujeres que compran flores son:
 Marina
Sufre el síndrome del copiloto: siempre ha dependido de que su pareja le marque el rumbo de su vida. Su flor es la violeta, que simboliza la humildad y la timidez, pero también la confianza en sí misma que debe ganarse. Tiene que tirar las cenizas de Oscar en Tanger y le aconsejan hacer el viaje en solitario en su barco “Peter Pan”.
 Casandra
Padece el síndrome de la superwoman: antes que depender de nadie se aplicaría la eutanasia activa. Prioriza su éxito profesional sobre su vida personal, en el caso de tenerla. Su flor es la orquídea azul, símbolo del relax que le falta.
 Gala
Representa el síndrome de Galatea: cree firmemente que la mujer tiene hoy todos los derechos. Todos salvo el de envejecer. Su flor es el lirio blanco, símbolo de una coquetería que no se marchita hasta morir. Aurora Encarna el síndrome de la bella sufriente: confunde el amor con la obsesión. Es decir, cuanto más dolor más enamorada se siente. Su flor es la caléndula, la flor de la pena. Pero también es símbolo de la crueldad que no se atreve a devolver, ni siquiera en pequeñas dosis, para defenderse.
 Victoria
Una de esas mujeres que han decidido poder con todo -la mejor madre, la mejor trabajadora, la mejor hija-, o dicho de otro modo, las que tienen el síndrome de la omnipotente. Su flor es la del membrillo, la flor de la tentación. La tentación de romper con todo y liberarse.
La que se las vende:
Olivia:
Su superpoder era que sabía ver dentro de las personas y las ayudaba a transformarse. Como Mary Poppins personaje redicho y algo borde que llega a la vida de la gente con la misión de mejorarla. Por la libertad de su pensamiento, porque parecía tener todas las respuestas, era la mujer que todas queríamos ser. “Una persona que no se ama a sí mismo, no sabe amar en absoluto”.
“El amor es una enfermedad cuando se pierde y una cura cuando se tiene”
“El miedo nos hace perder las oportunidades más interesantes y bonitas de nuestra vida”.
“Podrán cortar todas las flores, pero no podrán detener la primavera”
“La única forma de huir del dolor es pasarlo y para la incertidumbre, avanzar”
La autora aparece al final del libro sorprendiendo a Olivia y a Marina en el jardín de las flores, para ella quiere “rosas azules”, símbolo de la eternidad, son rosas de ficción, artificiales, creadas por el hombre. Agradecimientos:
A mi madre viento fuerte que empujó este barco en medio de la noche.
Vanessa Montfort (Barcelona, 1975), es novelista y dramaturga, y está considerada una de las voces destacadas de la reciente literatura española que ha traspasado nuestras fronteras. Licenciada en Ciencias de la Información, ha publicado El ingrediente secreto (XI Premio Ateneo Joven de Sevilla, 2006. Algaida Editores); Mitología de Nueva York (XI Premio Internacional de Novela Ateneo de Sevilla, 2010. Algaida Editores); La leyenda de la isla sin voz (Premio Internacional Ciudad de Zaragoza a la mejor novela histórica publicada en 2014. Plaza y Janés, 2014), y Mujeres que compran flores (Plaza y Janés, 2016), que se ha convertido en un fenómeno literario internacional, ha triunfado en España, Italia y Latinoamérica y cuyos derechos han sido vendidos a Estados Unidos, Francia, Portugal, Alemania, Noruega, Corea y Bulgaria, entre otros países. Su última novela es El sueño de la crisálida (Plaza y Janés, 2019).
Dentro de su variada obra teatral destacan Flashback, La cortesía de los ciegos y Tierra de tiza, escritas para el Royal Court Theatre de Londres; La Regenta, versión libre de la novela de Clarín (Teatros del Canal, 2012); El galgo (Fundación SGAE, 2013); Sirena negra, llevada al cine por Elio Quiroga (Festival de Sitges, 2015); El hogar del monstruo (CDN, 2016), o Firmado Lejárraga (Centro Dramático Nacional, 2019) en la que recupera la figura de María Lejárraga, la primera dramaturga española, cuyos textos fueron firmados por su marido.
La humanización de las ciudades, el lirismo, la teatralidad de los diálogos y el dibujo de los personajes y sus conflictos -espejo de la actualidad con un pie en lo extraordinario- convierten sus obras en una montaña rusa emocional protagonizada por personajes inolvidables.

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