viernes, 15 de diciembre de 2017

Atlas de Geografía Humana 
(Almudena Grandes) 


 Las protagonistas de la novela son cuatro mujeres, Ana, Rosa, Fran y Marisa, que trabajan en un gran grupo editorial en la elaboración de los fascículos de un atlas de geografía. Es la primera vez que comparten un proyecto, son muy distintas, pero también tienen muchas cosas en común. Todas rozan los cuarenta, están en un momento decisivo de sus vidas. Tienen que coger el toro por los cuernos, saber de una vez quiénes son y, sobre todo, quiénes quieren ser. Qué quieren hacer realmente con sus vidas.
Ana se casó y fue madre muy joven y ahora su hija Amanda, de 17 años, vive con Félix, su padre, en París, mientras que Ana intenta rehacer su vida en Madrid y sobrevivir a su familia, especialmente a su madre, que una y otra vez le recuerda que está sola. A Ana le gustaría volver a enamorarse locamente, como cuando era adolescente. Volver a ser feliz, volver a vivir intensamente. Solo hace falta encontrar al hombre adecuado, aunque nunca sepamos cuándo y dónde va a aparecer y, sobre todo, quién va a ser.
Rosa está casada con Ignacio y tiene dos hijos, Ignacio de 11 años y Clara de 7. Pero siente que su vida ya no le gusta, ya no le interesa, ya no siente lo mismo por su marido y, lo más grave de todo, tampoco por sus hijos. Por eso no duda a la hora de vivir una aventura amorosa con un fotógrafo que no sabe a dónde le llevará.
Fran es la jefa del proyecto. Está casada con Martín, a quien conoció en la universidad, cuando los dos vivían apasionadamente la política, eran comunistas, radicales y tenían toda la vida por delante. Ahora los dos han cambiado, aunque les cueste reconocerlo. Fran siempre ha necesitado llevar el control de su vida y ahora que siente que lo ha perdido no duda en acudir una vez por semana a una psicoanalista.
Por último, Marisa es la más tímida, la más solitaria del grupo. Es informática y tartamuda. No se valora y pasa sus noches, sus cumpleaños, sus navidades y sus vacaciones, sola. No le importa. Como tampoco le importa beber sola en los mejores bares, hoteles y restaurantes de Madrid. No le gusta su vida y por eso se inventa otra, finge ser otra persona.
A lo largo de las páginas, las cuatro mujeres nos cuentan en primera persona cómo es su vida, su día a día, su presente, pero también cómo conocieron a sus maridos, cómo fue su infancia o su adolescencia, cuáles son sus sueños y sus miedos. Y por eso terminamos conociéndolas como si fuesen parte de nuestra familia o unas amigas de toda la vida. Las sentimos cercanas y es inevitable no identificarse con ellas en muchísimos momentos de la novela. Me gusta especialmente cómo están tratados los temas del amor y del sexo en boca de estas mujeres. Hablan de sus preferencias en la cama con desenvoltura, con las cosas claras y sin pelos en la lengua, como lo haría una persona sin inhibiciones a la que le gusta dar y recibir placer sin sentirse culpable por ello. Es una historia que habla de la búsqueda de la felicidad. A todos nos gustaría poder tener un mapa, un atlas de geografía humana que nos guiase en esa búsqueda. Pero, aunque no lo tenemos, al menos nos queda el consuelo, la esperanza de saber que a veces las cosas cambian, ya sé que parece imposible, que es increíble, pero a veces pasa.