miércoles, 8 de noviembre de 2017

Kafka en la orilla 
(Haruki Murakami) 


Afortunadamente no es la primera novela que leo de este autor. Empecé con “De qué hablo, cuando hablo de escribir”. Como me gustó porque comparto con el autor la afición por la lectura y la escritura, continué con “De que hablo, cuando hablo de correr”, porque también comparto el gusto por correr a diario. Una vez me familiaricé con él quise conocer su obra y comencé con “Hombres sin mujeres”, en él Murakami muestra la soledad de los hombres que han perdido a una mujer. Es un compendio de siete historias con las que pretende "transmitir el aislamiento y lo que este implica emocionalmente" de hombres que han perdido a una mujer. Reflexiona en todos estos relatos sobre la soledad que se experimenta antes, después o incluso durante una relación amorosa. Todos estos hombres son protagonistas, pero en verdad, son las mujeres las verdaderas protagonistas, son ellas quienes se aparecen en cada momento de sus soledades para atormentarlos, enamorarlos o imposibilitarlos, porque no hay dudas que la vitalidad de estos hombres pasa por ellas.
Mi curiosidad hizo que continuara con sus novelas, en esta ocasión “Kafka en la orilla” cayó en mis manos porque me pareció un título poderosamente atractivo.
La novela cuenta dos historias que nunca se cruzan, y que sin embargo –y éste es uno de los grandes temas del libro– se comunican de manera inconsciente. Los capítulos impares cuentan la historia de Kafka Tamura, un adolescente que, el día de su decimoquinto cumpleaños, decide fugarse de casa sin otra carga que una mochila y sin otra compañía que la voz de un chico llamado Cuervo; el adolescente se ha dado a sí mismo el nombre que lleva, y ese bautizo tiene que ver con la convicción de que Kafka quiere decir “cuervo” en checo; y de alguna manera las razones de la huida tienen que ver con una maldición que le ha lanzado su padre, según la cual Kafka repetirá el destino de Edipo, dando muerte a ese mismo padre y acostándose con su madre y su hermana. Los capítulos pares, por su parte, se ocupan de Satoru Nakata, un hombre de sesenta años que, durante una excursión infantil a recoger setas, fue víctima de un coma colectivo que en la novela permanece inexplicado; al despertar, Nakata es el único de los afectados que ha perdido la capacidad de leer y la inteligencia en general, pero a cambio ha recibido el misterioso don de hablar con los gatos.
Conforme vas leyendo la novela piensas como se van a vincular ambos protagonistas, aunque el vínculo es metafórico. “El mundo es una metáfora”.
Representa un proceso de maduración del que ambos protagonistas parecen huir. Kafka es un adolescente, al que le cuesta madurar; pero Nakata es un viejo que se ha quedado de algún modo estancado en una vida infantil, y la señorita Saeki tiene la curiosa costumbre de aparecerse, con el cuerpo de cuando tenía 15 años, en la habitación donde duerme Kafka. Es una novela que invita a seguir viviendo y a disfrutar de la vida. Exige al lector que se entregue y que se deje llevar. Es una novela atrevida, y conmovedora; quien no logre esta entrega, se quedará fuera, repitiendo como la señora Saeki: “El hecho de escribir ha sido importante. Aunque lo que haya escrito, como resultado, no tenga ningún sentido.”
Murakami escribe sobre la dualidad. Pero no se trata de elegir, entre bueno y malo. No juzga, sólo apunta entre lo real y lo soñado. Y el mayor logro es que el lector no sabe cuál es cuál y puede elegir su propia postura. Como dicen los personajes: "No logras hallar la línea que separa los sueños de la realidad. Ni siquiera encuentras la frontera entre los hechos reales y las posibilidades. Lo único que sabes es que, ahora, tú te encuentras en una posición delicada. En una posición delicada y, peligrosa." Así se encuentra el lector después de encontrarse con Kafka en la orilla, tanto que una vez que terminas el libro no quieres empezar con otro hasta que no te tomas el tiempo necesario para digerirlo, reflexionando acerca de él, la música, los sueños, el dibujo de “Kafka en la orilla del mar”, de todos aquellos ingredientes de la cultura popular que el autor utiliza como guiños para atraer más a sus lectores.