jueves, 21 de noviembre de 2019

Mapa Secreto del Bosque 
(Jordi Soler) 


Navegar, escribió el poeta Fernando Pessoa, es preciso. Y andar, recorrer, desplazarse; salir del centro de gravedad (o esa zona de confort, como se proclama ahora) para regresar, después, convertido en otro, o en el mismo, también, parece, lo es. Ése es el punto desde el que parte Jordi Soler en este «Mapa secreto del bosque», que propone un recorrido íntimo y personal por ese territorio, el bosque, en cuyo centro, como bien lo describió María Zambrano en un ensayo, hay siempre un claro. 
En la portada ya llaman la atención del lector presentando el libro como un ensayo de combate para ver más allá de lo inmediato. Todo un reto, ya anuncian que el recorrido que vamos a realizar a través de la obra de Jordi Soler va a ser original y diferente. 
El mapa secreto del bosque sirve para encontrar la otra realidad del bosque, y de las criaturas que lo habitan, como lo han hecho durante siglos sabios orientales, filósofos, poetas y novelistas, doctores mesméricos (personas capaces de curar a su prójimo usando el hipotético «magnetismo animal). 
Las lecturas que lo acompañan durante el recorrido son muchas y variadas: Edgar Allan Poe, Demócrito, Ernst Jünger, Carlos Castaneda, Henri Bergson, Walt Whitman, Emil Cioran, Parménides y C. G. Jung entre otros. Pero no es, sin embargo, la erudición la que sostiene esta azarosa y agitada andadura. Es la reflexión constante, permanente, el dejarse llevar por una zona donde la realidad resulta más elástica. O, como dice el propio Soler en un momento del libro: «Lo ideal es desplazarse dentro de esa órbita, recorrerla y explorarla a fondo, abrazar el sistema dentro del cual vivimos y descubrir que el verdadero viaje, el que de verdad ilustra, es el que hacemos alrededor de nuestra casa». 
Jordi Soler propone una reflexión, un mapa, sobre esa zona de la realidad que el siglo XXI empieza a difuminar. Es la aventura de un novelista que se echa a caminar, con su perro, para buscar la otredad en el mundo de todos los días, como sugería Octavio Paz, aprovechando los instrumentos que están al alcance de cualquiera, el desplazamiento, la poesía, la música, el abrazo, el emboscarse, refugiarse en el bosque para regresar, brevemente y de manera cotidiana, a esa criatura cósmica que, a pesar de la revolución tecnológica que ha transformado nuestras costumbres, no hemos dejado de ser. 
Llama la atención el dibujo de la portada “La carretera de los desplazados”. 
Un precioso reencuentro con la sencillez y un recordatorio de la importancia de ver, presentir e imaginar. 


Jordi Soler es autor de diez novelas, traducidas a varias lenguas, y de libros de cuentos, de ensayo y de poesía. Desde Bocafloja, su primera novela, se convirtió en una de las voces literarias más importantes de su generación. La Casa de las Culturas del Mundo (Haus der Kulturen der Welt) en Berlín, elaboró un perfil sobre su obra donde dice: “Más que cualquier otro de los escritores de su generación, Soler ha conseguido un estilo propio, altamente visual, en su prosa y su poesía”. 
Durante los últimos diez años del siglo XX, de manera paralela a su trabajo de escritor, hizo programas de música y literatura en dos de las estaciones de radio más influyentes de México. Luego fue diplomático en Irlanda y ahora vive en Barcelona, la ciudad que abandonó su familia después de la Guerra Civil, donde trabaja en su siguiente novela y en artículos que publica en diarios y revistas. Es caballero de la irlandesa Orden del Finnegans y miembro del Sistema Nacional de Creadores de Arte de México.

lunes, 11 de noviembre de 2019

Distintas formas de mirar el agua 
(Julio Llamazares) 


En 1968 se llenó el embalse del Porma y anegó los pueblos leoneses de Vegamián, Campillo, Ferreras, Quintanilla, Armada y Lodares. En aquel año, Julio Llamazares tenía nueve de edad, era hijo del maestro de Vegamián y fue de los primeros en abandonar la zona en pos del nuevo destino de su padre. Los personajes de su novela,”Distintas formas de mirar el agua”, proceden de Ferreras y fueron de los últimos en salir: como todos los vecinos, fueron realojados, muy lejos de allí, en la comarca palentina de Tierra de Campos, donde ese mismo año de 1968 se completó la desecación de la laguna de la Nava y se construyó uno de aquellos “pueblos de colonización” —Cascón de la Nava— que el franquismo declinante seguía presentando como una de sus grandes conquistas sociales. Para todos los habitantes, aproximadamente 800, supone terminar una vida y comenzar otra nueva. Esta historia ya sólo se recuerda en la nostalgia, según la forma que cada uno tenga de mirar el agua.
Ahora, en el año 2014, esta novela cuenta el último regreso de una familia a la vista del agua que cubrió sus tierras para arrojar allí las cenizas de quien fue marido, padre, suegro o abuelo de todos ellos.
Ahora quienes monologan son los descendientes de Domingo, el expulsado de Ferreras. Los yernos y los nietos miran el nuevo paisaje con admiración. “La verdad es que es maravilloso”, empieza Miguel, su yerno. Pero Elena, su nuera, o María Rosaria, novia de un nieto, sienten que “sobrecoge este paisaje sin alma”, o que aquella belleza tiene algo de “siniestro”. A Teresa, la hija mayor, le fastidia en el fondo esa actitud admirativa: “Algunos exclaman mientras lo contemplan: ¡Qué bonito! Y qué triste, añado yo”. Y es que varios de los visitantes recuerdan otro viaje, cuando acudieron a ver las ruinas de los pueblos —cubiertas de fango— en ocasión de un desembalse. En alguno se advierte la mala conciencia: en José Antonio, el hijo que se estableció en Barcelona; también en Virginia, la hija que se hizo maestra, estudió fuera del pueblo y también le fue mal en su matrimonio. En otros, predomina un cierto rencor por la vida perdida, como sucede a Teresa, la hija mayor; Jesús, uno de los nietos, no entiende la fijación en el pasado, esa “negatividad” que en la vida de su abuela “guía todas sus actuaciones”, mientras que Daniel, el nieto que se hizo ingeniero de caminos, dedica buena parte de su monólogo a justificar la inevitabilidad de la destrucción del pasado en función del porvenir. Sólo la viuda de Domingo, el patriarca familiar, no mira el paisaje: sólo se ve a sí misma, a su marido, al afán de aquel tiempo en que “íbamos de un lado a otro gastando nuestras fuerzas y la vida en el trabajo de volver aquí”.
Julio Llamazares dice que la novela es una novela, es una ficción, pero los escenarios no. O mejor, gracias a la ficción vuelven a vivir, como sucede a veces con las personas. Como en las tragedias griegas, los personajes son siempre máscaras del autor, formas de mirar el agua y, detrás de ésta, el mundo y la vida.
El autor rescata este desarraigo de su memoria cuando Riaño corrió la misma suerte, en 1987, y se identificó con sus vecinos y antes en el año 1983 , cuando un vaciado del embalse para revisar la presa permitió pasear de nuevo por las calles del pueblo, volver a las calles donde se crió fue todo un ejercicio de nostalgia. Todo este impacto es el que intenta plasmar Llamazares en esta novela, pero no con una voz única, sino sirviéndose de distintos enfoques. Realiza un ejercicio de memoria, atrapa recuerdos para que no se pierdan. Julio Llamazares reconoce hacer literatura para sentir y pensar, para hacer pensar y sentir a sus lectores, porque le interesan más los sentimientos de las personas, en especial de aquellas personas cuyos sentimientos no importan a nadie, es el caso de los personajes de la novela. Considera que una de las labores de los escritores es prestar la voz a aquellos que la sociedad no se la da.
Para este escritor leonés el paisaje no es un elemento externo, al contrario es un elemento interno que nos condiciona, y como la lengua materna nos conduce al habla, el paisaje materno nos enseña a mirar el mundo, en su caso un mundo inconcreto, una sensación más que un territorio, una forma de ver más que una patria. Afirma que la memoria histórica de un país es su arte, su literatura, es lo que va a quedar en el tiempo, y esa es la responsabilidad de los escritores, dejar memoria de lo que sucedió mientras ellos vivían, no cambiar la realidad, ser testigos de su tiempo y del lugar en el que vivieron.
La novela es un homenaje a todas las personas que vivieron todo esto.
Siempre se puede volver a un recuerdo
Siempre hay sombras bajo el agua que asemejan un pasado y
Siempre tendremos distintas formas de mirarlas.
Julio Alonso Llamazares nace en Vegamián (León), en 1955. Licenciado en Derecho, pronto se traslada a Madrid para dedicarse al periodismo. Publica muy joven sus primeros versos. En 1985, aparece su primera novela, "Luna de Lobos", finalista del Premio Nacional de Narrativa, posteriormente convertida en guión cinematográfico. En 1988, publica "La lluvia amarilla", una de sus obras más emblemáticas, finalista también del Premio Nacional de Narrativa. En ella, el lector asiste al monólogo alucinado del último habitante de un pueblo abandonado. Su obra se caracteriza por una peculiar voz narrativa impregnada de tintes poéticos que evoca la desaparición de un determinado modo de vida rural y de sus paisajes. Colabora habitualmente como crítico literario en prensa escrita y otros medios de comunicación.
Otra obra suya es Escenas de cine mudo, de 1994
En 2016 quedó finalista del Premio de la Crítica de Castilla y León con su novela Distintas formas de mirar el agua. Antes de que se fallara el premio, emitió un comunicado anunciando que no aspiraba a él y que lo rechazaría en caso de que le fuera concedido, En convocatorias anteriores (2014), ya había sido candidato a ese mismo premio con Las lágrimas de san Lorenzo, sin obtenerlo.

jueves, 17 de octubre de 2019

Beatriz y la loba 
(Concha López Llamas) 

La agresión que el hombre ha ejercido, desde siempre, hacia la mujer y hacia la naturaleza provocó, en el pasado siglo, el surgimiento de movimientos como el Feminista y el Ecologista que, en buena parte, han caminado separados hasta nuestros días. El Ecofeminismo, donde ambas teorías dialogan e interaccionan, permite reinterpretar la naturaleza humana y, desde ahí, ponerla en relación con la del resto de las especies de la Tierra.  La novela “Beatriz y la loba” permite al lector-a aproximarse al pensamiento ecofeminista.
En esta novela Beatriz, una joven zamorana y Oak, una lobezna nacida en la Sierra de la Cabrera, pierden a la vez los sustentos necesarios para la vida: hábitat, familia, alimento y trabajo. En sus trayectos vitales que realizan para sobrevivir, se van definiendo aspectos esenciales de la cultura de cada especie y de los efectos generados por la interacción de ambas. La obra plantea los temas de la violencia del hombre sobre las mujeres y de la especie humana (especialmente de los varones) sobre los lobos.
En “Beatriz y la loba” se habla del poder terapeútico de la naturaleza, que repara el daño que produce en Beatriz su marido, Santiago, y de manera progresiva, proporciona seguridad a la protagonista humana de la novela. La loba, como parte integrante del reino animal y natural, servirá a Beatriz de referencia y la ayudará a identificarse e integrarse en el mundo natural y animal. Al principio su marido la asociará a la loba disecada, sumisa y a lo largo de la novela, y al final se identificará con Oak, la loba natural y salvaje. La loba y sus amigos, Manuel y Lucia, le proporcionarán la fuerza y el aplomo necesario para enfrentarse a su situación.
El momento en que Beatriz y la loba se encuentran y reconocen define todo el propósito de esta obra;
-Eres la que recorres en mi territorio sin ansia de destruirlo, recargándote cada amanecer con la energía que nutre los bosques y da vida a los ríos. (Oak)
-Te busco cada día, compañera, para aprender a sentirme libre como tú, resistente como tú, salvaje como tú. (Beatriz)
Es además un libro con el que aprender de lobos y sobre todo, de humanos. El transcurrir de dos historias paralelas facilita las comparaciones entre los comportamientos de ambas especies e invita a la reflexión. Los lobos y los humanos somos muy parecidos, quizás demasiado. En el lobo vemos reflejado lo mejor de nosotros, lo mejor de lo que podríamos ser y que no somos. En realidad, los lobos nos recuerdan nuestras miserias, nuestras cobardías, nuestras vilezas y nuestro egoísmo. Por eso y sólo por eso, el hombre es tan violento, perverso y cruel con el lobo. Ojalá el hombre fuese un lobo para el hombre y retomando las historias paralelas que cuenta la novela, ojalá también fuera un lobo para la mujer.
Concha López Llamas nos muestra la cultura humana y del lobo de manera alterna e hilvanando ambas de manera sutil. Pretende mostrar una concepción ecológica de la vida donde ningún ser vivo está de más y por ello debe ser respetado y no sometido a dominación. Reivindica la necesidad de recuperar lo salvaje, condición que hemos perdido con el sedentarismo y con una forma de organización basada en el sometimiento o la domesticación hace más de 10.000 años, y recuperarlo sobre todo, para las hembras humanas, dominadas por el poder del macho-patriarca.
La autora quiere mostrar la confianza en el poder revitalizador de la energía amorosa, cuando fluye entre los integrantes de una familia, un grupo o una manada frente a la violencia y la agresividad alimentada por el individualismo y aislamiento. No olvidemos que Santiago para tener controlada a Beatriz la obliga a recluirse en casa, aislada de toda posible compañía e influencia.
Quiere retomar el pasado en lugar de enterrarlo, para que desde él sigamos proyectándonos hacia delante, fortaleciendo idiosincrasias varias, personales y culturales, expresadas a través de vocablos propios y comportamientos singulares desarrollados en cada entorno. Plantea también una reivindicación del mundo rural, que incluye todo un trabajo de recogida del habla local de la comarca de La Carballeda, que se integra en el texto de la novela y clarifica con notas a pié de página. En el libro se hacen uso de más de 200 palabras propias de la esta comarca y otras limítrofes.


Cocncha López Llamas es bióloga, catedrática de Ciencias Naturales en Educación Secundaria y reconocida educadora ambiental. Nació en Madrid hacia mediados del siglo XX, pero sus raíces familiares se encuentran en la comarca zamorana de La Carballeda, donde se desarrolla esta novela. Anteriormente ha publicado “Bajo el dominio del Río Negro” (2011) y La piel restaurada. Su última novela “Espejo lobo”.

miércoles, 2 de octubre de 2019

“Cuando sale la reclusa” 
 (Fred Vargas)


 “Cuando sale la reclusa” es sin duda la obra más ambiciosa de Fred Vargas, la reina indiscutible de la novela negra europea. En ella se entrecruzan con maestría todos los temas que han convertido la publicación de cada una de sus novelas en un auténtico acontecimiento literario, tanto para la crítica como para los lectores: la Edad Media, la arqueología, los mitos, el mundo de los animales y, por supuesto, la descripción detallada y poderosa de los oscuros laberintos del alma humana.
Al inicio de la novela tenemos al bueno de Jean- Baptiste Adamsberg a su aire en Islandia con un hijo que ha descubierto hace poco y con el móvil hundido en un montón de mierda de oveja. De allí le saca una llamada para volver a París a un asunto que necesita de su inteligencia. Se trata de un homicidio solucionado rápidamente y solo sirve como puesta en escena de un caso mucho más solapado que Vargas lleva de maravilla y del que va enseñando poco a poco el andamiaje mientras nos lleva por las vicisitudes nada banales y a veces muy divertidas de Adamsberg y su brigada.
Adamsberg, que parece ser el único intrigado por el extraño suceso, comienza a investigar a espaldas de su equipo, enredándose inadvertidamente en una delicada y compleja trama, llena de elaborados equívocos y profundas conexiones, cuyos hilos se remontan a la Edad Media. Un caso elusivo y contradictorio que se escapa a cada momento de las manos del comisario, haciéndole regresar a la casilla de salida. Solo sus intuiciones, tan preclaras como dolorosas, serán capaces de devolverle la confianza que necesita para salir ileso de la red tendida por la más perfecta tejedora...
Lo primero que me llama la atención de Cuando sale la reclusa es que, Jean-Baptiste Adamsberg sigue en forma. En esta ocasión, y mientras empieza a obsesionarse con la historia de la reclusa, le da tiempo incluso a resolver dos pequeños casos con una sencillez pasmosa, demostrando que, pese a su proceder poco ortodoxo, su valía sigue estando casi intacta. Además, los problemas internos en la brigada empiezan a ser problemáticos.Con poco tino y a su manera, así es él, Adamsberg tiene que conseguir que todos sus acólitos remen en la misma dirección, tensando la cuerda e intentando acallar las voces discordantes que surgen por el camino.
Al principio es verdad que no se sabe muy bien de qué va eso de la reclusa y las arañas pero el lector entra en materia a la vez que el comisario y en la página 200, con todo el lío puesto encima de la mesa, puedes sonreír y celebrar que quedan otras 200 páginas.
 Recomiendo su lectura porque la considero una obra fantástica que no puede tener otro efecto en el lector, más que adentrarse en su mente como el veneno de las ‘reclusas’ se adentra en el cuerpo de las víctimas.

lunes, 16 de septiembre de 2019

Ojos de Agua 
(Domingo Villar) 


Cada capítulo comienza con una definición de una palabra que luego aparece en la trama, me ha parecido cuanto menos interesante y curioso, puede que sea la primera vez que me he encontrado con algo semejante, había visto comenzar con citas el capitulo, pero con una definición nunca.
Leo Caldas, policía de Vigo, tiene que investigar la muerte de Luis Reigosa, un saxofonista que ha aparecido desnudo, atado a la cama y con una mirada de absoluto terror en sus acuosos ojos azules, en una torre de apartamentos turísticos situada en una preciosa isla, la isla Toralla. El informe forense es clarísimo en cuanto a la forma de la muerte: inoculación de formaldehído (formol) en los genitales. ¿Quién ha podido vengarse de tal forma del saxofonista? ¿Es un crimen pasional? Pronto, van a conocer que el asesinado era homosexual, hecho que lleva a Leo Caldas y a su compañero Rafael Estevez a investigar en los locales de ambiente de la ciudad.
La pareja de detectives protagonista es cuanto menos peculiar, el comisario Leo Caldas es un solitario taciturno que colabora en un programa de radio, Patrullando las ondas, eso le abre bastantes puertas y le da facilidades que de otra forma no tendría, pero parece molestarle que su ayudante se lo recuerde. De su ayudante Rafael Estévez que decir, es un aragonés grandote y algo bestia, con un carácter muy fuerte que le ha jugado más de una mala pasada, es destinado a Galicia por un expediente disciplinario abierto en su tierra y no parece acabar de entender el carácter reposado de los lugareños. Le saca de quicio que le contesten con otra pregunta cosa que parece ser muy típico del carácter gallego. Estévez es el contrapunto de su jefe. De la mano de ambos personajes te das un paseo por sus rías, por sus calles y por el carácter de la gente de este pueblo norteño, es todo un placer pasear de la mano de Leo Caldas y su ayudante.
Un detallado paseo por los lugares de la Rías Bajas en cuestión con personajes veraces, olor a comida lugareña, llena de sentimientos de los que tienen familia trabajando en la mar y el sabor de ciertos ambientes gays sórdidos y muy reales en su descripción.
La música es otro elemento presente, y no solo porque la víctima fuera un saxofonista, y su casa estuviera repleta de intérpretes de jazz, ni porque el mismo fuera miembro de un grupo de este género, si no porque lo impregna todo, Domingo Villar debe ser un gran enamorado de la música. Ese ambiente de jazz con los nombres de ciertos temas muy conocidos y que te ponen una banda sonora a lo largo del texto. Sobre todo ese comienzo con “The man I love” cantado por Billy Hollyday.
Todo ello contribuye a captar al lector y mantenerle despierto y entretenido hasta las últimas páginas. Pero el gran acierto que ha tenido Domingo Villar es el de la creación de una novela negra autóctona enclavada en las tierras gallegas.
Una obra que recomiendo por su frescura, agilidad y destreza a la hora de retratar las tierras gallegas y sus habitantes dentro de una clave de novela negra actual.
Domingo Villar, gallego emigrado a Madrid, ha ejercido como guionista de cine y televisión. Ligado desde niño al mundo del vino, desde hace años es crítico gastronómico en una emisora de radio nacional y colaborador habitual en diversas publicaciones escritas. Obtuvo con su primera novela, Ojos de agua, el I Premio Sintagma, el Premio Brigada 21 y el Premio Frei Martín Sarmiento, y fue finalista en dos categorías de los Crime Thiller Awards en Reino Unido. Hasta la fecha ha sido traducido a seis idiomas. Su nueva novela “La playa de los ahogados” lleva hasta la fecha seis ediciones.

miércoles, 11 de septiembre de 2019

PIENSA EN TI 
(Joaquina Fernández) 


Manual de trabajo para encontrarnos a nosotros mismos de Joaquina Fernández. Para conocernos a nosotros mismos y conocer mejor a los demás, para fomentar mejores relaciones con uno mismo y con las personas que nos relacionamos. 
Trabaja en el Qué, encontrar mi valor diferencial y apoyarme en la creencia positiva de mi valor diferencial para todo en la vida, para conseguir todo lo que me preponga, para llevar una vida armónica y coherente conmigo misma.
En el Por qué, y en el Para qué de las cosas, encontrar el para qué de todo comportamiento negativo o creencia negativa que tengo, y así detectar el beneficio oculto que obtengo de ese comportamiento negativo (la intención positiva del comportamiento negativo), y poder decidir qué hago con ese beneficio oculto, si decido que ya no sirve más a mi bien, o busco otras maneras de obtenerlo.
Descubrir cuál es ese beneficio te aporta verdad y claridad para poder tomar decisiones en tu vida. Entender que mi percepción de la vida, está determinada por mis creencias sobre la misma;  detectar mis creencias limitantes que, valga la redundancia, me limitan; y cambiarlas por otras más beneficiosas y fortalecedoras. Encontrar mi motivación, aquello que es el motor de mi vida.
 Nos habla del Temperamento y del Carácter. El carácter es moldeable, tan sólo debemos enfocarnos en aquello que queremos para cambiarlo. Sin embargo el temperamento es inamovible, es lo relativo a nuestra personalidad. Para hablarnos de él utiliza la teoría de Hipócrates de los 4 humores:
1.-Temperamento colérico: el dirigente; personas muy focalizadas en tener sus objetivos y obtener resultados. Ven oportunidades donde otros no son capaces.(Nadal y Cristiano Ronaldo)
2.- Temperamento sanguíneo: el relaciones públicas, son personas adaptativas, con capacidad de relacionarse con los demás y su principal motivación es disfrutar de la vida. (Kenedy y Martin Luther King) 3.- Temperamento Flemático: el impasible; personas calmadas, sosegadas, impasibles, ven siempre el lado positivo de las cosas. (Federer y Mandela)
4.- Temperamento Melancólico: el analista; son personas perfeccionistas y extremistas. (Steve Jobs)
Estos temperamentos no se pueden cambiar, pero ella nos sugiere las áreas de mejora de cada uno de ellos ya que no podemos cambiarlos.
 Finaliza el libro con una guía práctica, un manual de trabajo, que ella lo denomina: DISEÑA TU VIDA 5 pasos para conseguir la transformación deseada:
 • ¿Quién eres? Y
 • ¿Cuál es tu necesidad?
 • ¿Cómo idear soluciones?
 • Construye la solución que más te conviene.
 • El arte de experimentar.
Confía en ti y en tu deseo de progresar
Leí este libro porque antes conocí a Joaquina Fernández en una charla que dio acerca de qué nos impedía ser felices. Me abrumó su personalidad y esa forma de dirigirse a las personas como si las conociera previamente. Me quedé con la idea de si venimos a este mundo para disfrutar y para ser felices que nos está impidiendo que así sea. Al mismo tiempo nos comentó que firmaba ejemplares en la Feria del Libro de su último libro “Piensa en ti”. Salí de aquella charla pensando en comprarme el libro y que me lo firmara su autora, pero al final no acudí a la cita. Ese mismo verano me enteré de que Joaquina nos había dejado, como me arrepentí de haber faltado a la cita, así que la lectura de este libro era imprescindible. Después de leerlo aunque en realidad todo lo que recomienda Joaquina me suena muy familiar, siento la necesidad de incorporar la idea de que pensar en nosotros no es un acto de egoísmo, es la más dura y compleja de las tareas a las que se puede dedicar una persona, porque el autoconocimiento es la llave para entender al género humano y al universo en el que habitamos.

jueves, 18 de julio de 2019

Una muerte roja 
(Walter Mosley) 


Walter Mosley pasa por ser uno de los escritores más aclamados y prolíficos en el terreno de la novela negra actual. Empezó a escribir cuando tenía treinta y cuatro años, y desde entonces ha publicado más de cuarenta novelas. Es también el autor de color de más éxito y conocido actualmente en el campo de la novela negra.
Mosley se dio a conocer al gran público por su serie sobre «Easy Rawlins»; serie que vio la luz con la novela «El demonio vestido de azul» allá por 1990. Ésta obra que fue llevada al cine y protagonizada por Denzel Washington. Mosley también ha escrito otras tres sagas, con Fearless Jones, Leonid McGill y Socrates Fortlaw como protagonistas. Además, ha cultivado la crítica social, la ciencia ficción, no ficción, ficción para jóvenes, obras de teatro, novelas gráficas, y numerosos cuentos.
La segunda novela de Walter Mosley, «Una muerte roja», confirma que nos encontramos ante un gran narrador La historia se desarrolla en 1953, el período del macartismo, persecución anticomunista impulsada por el senador Joseph McCarthy (1909-1957) en Estados Unidos de América durante el período de la guerra fría.
 Cinco años después de su primera aventura acaecida en 1948 -«El demonio vestido de azul»- Ezekiel P. Rawllins, alias «Easy Rawlins», ha utilizado el dinero robado entonces para comprar un par de apartamentos de los que es titular en secreto y que ahora mantiene en alquiler. Él simula trabajar para Mofass, su supuesto manager, y en realidad se hace pasar por conserje de los apartamentos que posee, disfrutando tranquilamente de los frutos del alquiler que tales propiedades le generan. El problema se avecina, sin embargo, cuando un agente del Servicio de Impuestos Internos –IRS-, llamado Reginald Lawrence, le requiere para aclarar el origen de su propiedad. Rawlins se ve enfrentado así a la amenaza de prisión.
Como si esto no fuese suficiente, EttaMae y LaMarque, la esposa y el hijo de su antiguo compinche Raymond Mouse, se presentan en su casa de Los Ángeles, procedentes ambos de Houston. EttaMae se ha distanciado de Mouse y quiere vivir con Easy. Rawlins desea a EttaMae, pero sabe que vivir con ella le podría acarrear un enfrentamiento con Mouse. Efectivamente, su implacable y mortal amigo Mouse no tarda en aparecer en Los Ángeles en busca de su ex mujer EttaMae, que ha huido con su pequeño hijo. La solución más fácil es encontrarle un apartamento a EttaMae y LaMarque y distanciarse de ellos.
La situación con el IRS da un giro inesperado tras la reunión de Rawlins con Lawrence. Rawlins es salvado de una acción drástica cuando un agente de la Oficina Federal de Investigaciones (FBI), llamado Darryl T. Craxton le ofrece un trato. Craxton le propone arreglar sus problemas con Hacienda a cambio de su ayuda para desenmascarar a un sospechoso de actividades comunista llamado Chaim Wenzler. Wenzler, de religión judía, está presente en varias iglesias negras, incluyendo una ubicada en el vecindario de Rawlins. Easy sabe que para los negros éste es un mundo muy difícil, sobre todo para los negros pobres que aspiran a algo mejor. Los impuestos le acosan y, para defender sus propiedades, se ve obligado a aceptar el «trato» que le propone el FBI, trato que consiste en infiltrarse en la Primera Iglesia Baptista Africana, espiar a sus pastores y feligreses y, ¡cómo no!, al rojo Chaim Wenzler, un judío superviviente de los campos de concentración nazis, que ahora hace beneficencia para la muy negra iglesia baptista... No transcurre mucho tiempo hasta que un lento barullo de muertes e intereses complican la existencia de Easy Rawlins. Sin embargo, con su gran habilidad y su distanciada mordacidad para estos casos, logra encontrar las salidas, destapa los problemas y, como no podía ser menos, vuelve a perder a su chica. Todo al estilo de los detectives del pasado, de aquellos de las películas en blanco y negro.
Walter Mosley ha creado un genial antihéroe, algo descarado y muy humano: respeta a los débiles, no se aprovecha de las situaciones fáciles y sabe que es un perdedor, aunque hace justicia, a su manera. Un grupo de fracasados cotidianos acompañan al detective continuamente, recreando una época ya pasada de la historia de Estados Unidos.
El resultado, gracias a su admirable ritmo, es sumamente sugerente. Los misterios se combinan con los convenios tradicionales de la novela policíaca, con precisiones sobre las desigualdades raciales y la injusticia social que han acompañado a través de la historia a los afroamericanos y otras personas de color.

jueves, 11 de julio de 2019

La playa de los ahogados
 (Domingo Villar)


Esta es la segunda novela de Domingo Villar.
Este autor tiene la virtud de describir las escenas y los paisajes de una forma muy visual. No hace grandes descripciones, al revés lo hace de forma sencilla, lo que cuenta lo hace de tal manera que consigue que esas imágenes aparezcan en tu mente con total nitidez. Además te deja con ganas de indagar sobre esos lugares y ver con tus propios ojos si son igual a como te los imaginabas.
Domingo Villar comienza cada capítulo con una palabra y sus definiciones según el diccionario, palabra que nos encontraremos después en algún punto del capítulo por ella encabezado.
 En la localidad gallega de Panxón ha aparecido el cadáver de un marinero llamado Justo Castelo. No en cualquier sitio, sino en una playa conocida en la localidad como la playa de los ahogados, ya que no es la primera vez que aparece allí un cadáver. El cadáver tiene las manos atadas con una brida verde. Ello parece indicar un suicidio ya que es frecuente que los suicidas que saben nadar se aten las manos para no nadar en el último momento.
El marinero había partido por la mañana en su barca, aparentemente sólo. Llevaba un tiempo raro, como deprimido, por lo que, al principio, todo parece indicar que, efectivamente, se trata de un suicidio. Pero un detalle de cómo está cerrada la brida, hace sospechar a la policía de que la muerte ha sido provocada y empieza una investigación destinada a averiguar quién es el asesino.
Una investigación que pronto les lleva al pasado. Justo Castelo era junto a Arias y Valverde miembro de la tripulación de un barco de pesca que naufragó hace años en extrañas circunstancias. Los tres marineros se salvaron pero el capitán pereció.
¿Qué puede tener que ver un naufragio pasado con un asesinato actual?
Aunque han sido muchos los autores que han tratado de imitar el binomio Carvalho—Barcelona o Montalbano—Sicilia, pocos han logrado fusionar un personaje y un lugar como lo han hecho Vázquez Montalbán o Camilleri. Domingo Villar tiene el honor de formar parte de esa lista, y su Leo Caldas y la ciudad de Vigo han alcanzado esa simbiosis que tantos escritores ansían. Puede que ese sea uno de los secretos del éxito del autor gallego, a lo que se suma un trabajo artesanal en el que cada coma y cada línea de diálogo cumplen su función.
Domingo Villar ha sabido formar una buena pareja de policías, Leo Caldas es el jefe. Es un tipo tranquilo, reflexivo, es un hombre intuitivo en el que se puede confiar, una persona de costumbres que se mueve por los mismos sitios, aquellos lugares donde está cómodo y sobre todo es alguien que llegará hasta el final en cada uno de los casos que emprenda. Incluso cuando parece que ya lo tienen, él sigue y sigue por si acaso, porque si queda algún cabo suelto, sin explicar, no está conforme. Quiere dejarlo todo atado y bien atado. En esta segunda novela vamos conociéndole un poco mejor. Aparece mucho en ella su padre, un jubilado metido a viticultor.
Rafael Estévez sigue a las suyas. Es un hombre enorme, que ha sido "desterrado" a Vigo por algún altercado violento protagonizado en su anterior comisaría. Y no es de extrañar porque Rafael se calienta enseguida. No necesita mucha excusa para utilizar la fuerza bruta. De su parte vienen los pasajes de humor que tiene la novela.
 Los motivos del asesinato se centran en el pasado. Esta fórmula aporta muchísimo más interés a la novela. Con una prosa sencilla, unos capítulos nada extensos, una cantidad de diálogos en la proporción justa, y una historia y una trama que engancha desde el primer momento, nos encontramos con una buena novela que se lee muy rápidamente. Es uno de esos libros que da pena terminar. Es fácil de leer y de disfrutar.
Mientras la leéis, en ocasiones, os recomiendo que escuchéis La canción de Solveig, compuesta por el noruego Edvarg Grieg, que el marinero ahogado Justo Castelo solía silbar.

martes, 11 de junio de 2019

La tercera virgen 
(Fred Vargas)


En La tercera virgen, octava novela de la autora que se publica en castellano, reina uno de los tres investigadores que han salido ya de su pluma: el inspector Adamsberg, un hombre excéntrico, más bien soso y bastante inculto, padre de un niño de meses. Vargas disemina las pistas, dosifica la información importante y mantiene el interés y el misterio hasta el final. La trama da varias vueltas sobre sí misma antes de que lleguemos al desenlace definitivo, Vargas logra que nos creamos lo que quiere hacernos creer. Todo ello con una trama donde sobreabundan los diálogos construidos con inteligencia, cinismo y grandes cantidades de sentido del humor (a veces negro), y donde cada charla constituye un auténtico festín, cargado de grandes hallazgos.
En esta novela, el hilo utilizado para que la investigación avance es un poco menos tenue que en otras, quizá no al principio, pero acaba quedando bastante afianzado a medida que progresa la acción.
Esta forma algo caprichosa de enfocar los casos se debe a la inteligencia intuitiva, errática y más bien arbitraria del célebre comisario Adamsberg, protagonista de la mayor parte de las novelas de Fred Vargas y tan peculiar como exigen los cánones. Lo que añade interés y credibilidad a sus investigaciones es que las realiza en equipo, que se equivoca más de una vez como cualquier hijo de vecino y que, a consecuencia de esto, abandona unas rutas y emprende otras nuevas.
En esta novela el comisario Adamsberg se acaba de separar de Camilla y se ha comprado una casa vieja y devencijada en una pequeña localidad cercana a París. Bien es cierto que no le ha costado mucho, pero será su vecino, Lucio Velasco, quien le pondrá al tanto de su historia, asegurándole que en la casa vive el fantasma de una antigua Clarisa del siglo XVIII que asesinaba a las mujeres que acudían a ella buscando el paraíso. Hasta que un buen día el hijo de una de ellas acabó con ella.
Por otro lado, el comisario está investigando el doble asesinato originado en Porte de la Chapelle, lugar donde han aparecido los cadáveres degollados de dos hombres tendidos uno junto a otro. Ambos bastante robustos, uno negro y otro blanco y sin nada en común, aparentemente. Adamsberg y el inspector Mortier, responsable de la Brigada de Estupefacientes, se pelean por hacerse con el caso, pues según el primero se trata de un crimen de libro y según el otro, no son más que unos pequeños delincuentes que se dedican a trapichear en antros de poca monta. Además, se acaba de incorporar a la brigada un nuevo teniente, Veyrenc, ex profesor en un internado que renunció a su plaza al enamorarse de una policía. Después cada uno siguió su camino y él se quedó en el cuerpo. Tiene un ajuste de cuentas pendiente con el comisario, ya que siendo niño sufrió un ataque traumático por parte de un grupo de amigos de la localidad vecina y siempre ha creído que Adamsberg era el jefe del grupo.
Por si todo esto fuese poco, en Haroncourt, un pequeño pueblo del departamento del Eure en la Alta Normandía, alguien se dedica a matar ciervos, causando auténticas carnicerías, sin reparar siquiera en las cuernas, único motivo por el que se suele agredir a estos animales. La novela se localiza en dos escenarios absolutamente distintos; por un lado, París, por otro, un pequeño pueblo de la Alta Normandía y algún breve recuerdo a la localidad natal del comisario. Son pocas las descripciones de los escenarios, aunque minuciosas, ya que excepto alguna salida puntual, el devenir de la novela se centra en interiores (o algún cementerio). Lo más espectacular de la novela, porque lo son, reside en los diálogos, rápidos, inteligentes, incluso divertidos.
El nombre real de esta autora es Frederique Audoin-Rouzeau, se hace llamar Fred Vargas por su hermana gemela, pintora, que firma sus cuadros como Jo Vargas. La cosa viene del personaje que interpretó Ava Gardner en La condesa descalza, María Vargas, a la que ambas adoraban. Y como son gemelas, era coherente que firmaran con el mismo apellido en sus paralelas trayectorias artísticas.

 Fred Vargas, a pesar de vender casi medio millón de ejemplares de sus novelas sólo en Francia y estar traducida a tres decenas de idiomas, jamás ha abandonado a sus pequeños editores, los mismos que la descubrieron hace dos décadas, cuando aún era una desconocida que empezaba a publicar las novelas que escribía durante las tres semanas de sus vacaciones. Cuenta que es tal la fuerza de esa costumbre que ahora que ha dejado el trabajo para dedicarse a escribir, sigue terminando sus novelas en 21 días.

jueves, 23 de mayo de 2019

El demonio se viste de azul 
(Walter Mosley)


Ezekiel Rawlins es un veterano de guerra que acaba de ser despedido de la compañía Champion Aircraft y necesita pagar la hipoteca de su minúscula casa primero y para que no lo maten después. A pesar de la efervescencia que sacude a la ciudad de Los Ángeles, las oportunidades laborales no abundan para un negro desempleado, así que «Easy» tiene que encontrar a una bella dama con acento francés, Daphne Mouret; a la que busca un hombre que viste casi enteramente de blanco, llamado Dewitt Albright y tras el que está un poderoso, Todd Carter, uno de esos tipos que pueden conseguir que un candidato a alcalde, Matthew Teran , se suicide después de descubrir sus más oscuros secretos. Frank Green, un ladrón de poca monta con una peligrosa afición a los cuchillos; el amigo de la infancia de «Easy», Raymond «Mouse» Alexander, un asesino de sonrisa perpetua que mata hombres con su Colt de cañón largo como el que se toma una naranjada y Etta Mae Harris, la mujer de «Mouse».
Pero llega al final, encuentra a la chica y conoce su historia, la de una mujer que es un demonio vestido de azul, poderosamente atractiva y camaleónica, adaptable a cada hombre según sus características y sus defectos. No es su andadura típica ni tópica, no hay indagación al temido y actual estilo de pregunta-respuesta, no hay embrollos artificiosos ni interrogatorios repetitivos y cansinos como tanto se estila en la actualidad, sino un viaje a un mundo en que los negros eran seres inferiores; las mujeres guapas, diosas; y los ricos, seres casi divinos.
Walter Mosley es un autor de una gran categoría, que cuenta unas historias creíbles que se encuadran en el género negro pero son grandes obras literarias. Estamos ante uno de los escritores más interesantes del panorama actual, más allá de cualquier tipo de encasillamiento.

La grandeza de Mosley radica en su capacidad para ofrecer un fresco completo de un lugar y una época concretos: Los Ángeles en 1948.
Walter Mosley (Los Ángeles, 1952) es escritor y profesor universitario en la Universidad de Nueva York, uno de los autores de novela negra estadounidense más valorados y respetados. Hijo de un afroamericano y de una ruso-judía, se hizo famoso, fué elogiado públicamente por Bill Clinton y esta novela fue adaptada al cine en 1995 por Carl Franklin.
Ha escrito ya once novelas sobre las perpecias de su detective negro, de las que inexplicablemente no se han publicado todas en castellano. Tambien es el autor de otros títulos, como otra serie policiaca protagonizada por Socrates Fortlow, un expresidiario metido a detective filosófico después de pasar casi 30 años en prisión cumpliendo condena por un doble homicidio, y algunas obras de ciencia-ficción y ensayo.
El demonio vestido de azul recibió en 1991 el premio John Creasy a la mejor primera no­vela policíaca.

martes, 21 de mayo de 2019

Los señores del tiempo 
(Eva García Sáenz de Urturi) 


En Los señores del tiempo vamos a encontrar dos novelas a las que separan unos cuantos siglos de diferencia. Una de ellas, la novela histórica que tiene lugar en el medievo, titulada Los señores del tiempo, que se podría leer de forma totalmente independiente; y la otra, un thriller en la que se relata la investigación que Unai y su equipo realizan para esclarecer los hechos que suceden en la actualidad, y en la que nos encontraremos a personajes ya conocidos por los lectores de las anteriores novelas.
Vitoria, 2019. Los señores del tiempo, es publicada con gran éxito bajo un misterioso pseudónimo: Diego Veilaz.
Victoria, 1192. Diago Vela, el legendario conde don Vela, retorna a su villa después de dos años en una peligrosa misión encomendada por el rey Sancho VI el Sabio de Navarra y encuentra a su hermano Nagorno desposado con la que era su prometida, la noble e intrigante Onneca de Maestu.
Estructurada en 66 capítulos, utilizando un narrador múltiple en primera persona, Unai, Diago Vela y Ramiro Alvar, que son los que nos van contando desde su punto de vista los acontecimientos.Tiene una trama compleja y muy bien armada, en la que vamos conociendo sucesos separados en el tiempo durante más de ocho siglos, aunque los asesinatos actuales parecen un trasunto de los acaecidos ochocientos años atrás. Unai López de Ayala, Kraken, se enfrenta a unas desconcertantes muertes que siguen un modus operandi medieval. Son idénticas a los asesinatos descritos en la novela Los señores del tiempo: un envenenamiento con la «mosca española» ―la Viagra medieval―, unas víctimas emparedadas como se hacía antaño en el «voto de tinieblas» y un «encubamiento», que consistía en lanzar al río a un preso encerrado en un tonel junto con un gallo, un perro, un gato y una víbora.
Las investigaciones llevarán a Kraken hasta el señor de la torre de Nograro, una casa-torre fortificada habitada ininterrumpidamente desde hace mil años por el primogénito varón. Pero el reverso de tanta nobleza es la tendencia de los señores de la torre a padecer el trastorno de identidad múltiple, un detalle que arrastrará a Estíbaliz a vivir una arriesgada historia de amor. Unai López de Ayala acabará descubriendo que Los señores del tiempo tiene mucho que ver con su propio pasado. Y ese hallazgo cambiará su vida y la de su familia
Los señores del tiempo es una novela con una trama compleja y sólida, con un ritmo ágil, unos personajes bien perfilados y un desenlace sorprendente. Un buen broche final para la trilogía de la Ciudad Blanca.


Eva García Sáenz de Urturi publicó en 2012 su primera novela, La saga de los longevos, que se convirtió en un fenómeno de ventas y fue traducido al inglés con una gran acogida tanto en Estados Unidos como en Reino Unido.
En 2014 vio la luz la segunda entrega de la saga, Los hijos de Adán, y también la novela histórica Pasaje a Tahití.
En 2016 publica El silencio de la ciudad blanca, un thriller apasionante ambientado en su ciudad natal, que ha supuesto un gran éxito de crítica y cuenta con casi un millón de lectores en nuestro país y cuyos derechos de traducción ya han sido vendidos a numerosos países y está en proceso de adaptación cinematográfica de la mano de A3media Cine.
En 2017 publicó Los ritos del agua, la segunda y esperada entrega de la «Trilogía de la ciudad blanca».
En 2018 publica Los señores del tiempo, tercera novela y desenlace de la trilogía.

lunes, 29 de abril de 2019

Pan, educación, libertad 
 (Petros Markaris) 


Esta novela es la culminación de la denominada "Trilogía de la Crisis". Después de "Con el agua al cuello" y "Liquidación final", el comisario Kostas Jaritos se enfrenta a un nuevo y complejo caso en medio de una Grecia que camina a pasos agigantados hacia el abismo. Con gran maestría, el autor vuelve a deleitarnos con una entretenida trama policíaca al mismo tiempo que realiza un certero retrato de la caótica situación que sufre el país heleno y que se extiende al resto de países del sur de Europa.
 La vida del comisario Jaritos, como la de su familia y el conjunto de la sociedad griega, es cada día más complicada. Comienza el año 2014, Grecia suspende pagos, se ha salido del euro y recupera el dracma, su vieja moneda (ojo, que también España suspende pagos ese 1 de enero e Italia se asoma peligrosamente al abismo). La calle está tomada por manifestantes jóvenes que celebran que el país sea dueño de su destino, sin tener que mirar a Alemania, y otros, ya mayores, que critican las medidas del Gobierno de Atenas y piensan que sus pensiones, en dracmas, no les alcanzarán para nada más allá de la miseria. La Policía, que no cobrará al menos durante tres meses, no tiene tiempo para lamentarse porque la tensión en la calle es grande. No es el mejor día para que aparezca muerto un importante empresario de la construcción, cuyo hijo es un conocido militante izquierdista, un tipo solidario que trabaja por los desheredados. El muerto tomó parte en lo que se recuerda como los Hechos de la Politécnica, una rebelión estudiantil contra la dictadura militar, que puso en jaque al Gobierno en 1973. El lema de aquellos días en la Universidad era ‘Pan, educación, libertad’, y justo esa reclamación es la que alguien ha colocado en el móvil del muerto, a modo de timbre. Lo más interesante es el retrato de una sociedad exhausta por la crisis, sin más horizonte que sobrevivir hasta el mes próximo. Y, por supuesto, el análisis del fin del idealismo, del cambio de aquella generación de universitarios que se jugaban la vida o al menos su futuro por la democracia pero que luego han renunciado a sus principios para instalarse en los lugares de privilegio de un sistema débil y corrupto. Márkaris relata de manera muy directa, describiendo la situación del país a partir de pequeños datos, de anécdotas reveladoras (la olla que prepara la esposa de Jaritos para toda la familia porque es más barato cocinar de una vez para muchos que hacerlo en dos o tres casas distintas…) y demostrando, por si a estas alturas aún fuera necesario, que la ficción bien hecha presenta una pintura de la realidad tan buena o mejor que cualquier tratado. Petros Márkaris (Estambul, 1937) estudió ciencias económicas en Viena y en Stuttgart, y posteriormente se trasladó a Atenas, donde reside. Guionista de televisión y autor teatral, ha colaborado en varios guiones del cineasta griego Theo Angelópoulos, como el de La mirada de Ulises. Es autor del volumen de ensayos La espada de Damocles, en torno a la crisis griega. La fama le ha llegado con la serie de novelas policiacas protagonizadas por el irónico y políticamente incorrecto comisario griego Kostas Jaritos, merecedoras de galardones como el Pepe Carvalho, el Premio Negra y Criminal 2011 y el Point du Polar Européen 2013: Noticias de la noche, Defensa cerrada, Suicidio perfecto, El accionista mayoritario, Muerte en Estambul, Con el agua al cuello y Liquidación final, publicadas por Tusquets Editores. Con Pan, educación, libertad, el nuevo caso de Jaritos, que culmina la exitosa Trilogía de la Crisis, Márkaris nos ofrece una ácida novela policiaca que sumerge al lector en el ya trágico día a día de los ciudadanos griegos, mientras desentraña las causas de la terrible situación que vive el país.

domingo, 7 de abril de 2019

La dependienta 
(Sayaka Murata) 


 La dependienta nos cuenta la historia de Keiko Furukura, una mujer japonesa de 36 años, soltera y sin aspiraciones en la vida, que trabaja como dependienta en una konbini desde hace dieciocho años, una tienda japonesa abierta las veinticuatro horas del día, los siete días de la semana, donde pueden encontrarse los productos más diversos.
La historia está narrada en primera persona por nuestra protagonista, lo que le da un toque más íntimo y permite empatizar más con la situación que nos expone. Furukura siente que vive una vida que no es la suya, ya que todo el mundo le cuestiona y le pide una explicación sobre su situación. "¿Por qué no buscas un trabajo fijo?", "¿Por qué sigues trabajando por horas?", "¿Nunca has tenido pareja?", "¿Es que no piensas casarte?", "Deberías poner un poco de orden en tu vida." El día a día de Keiko se basa en encontrar excusas que justifiquen preguntas como las anteriores. Keiko es una persona un poco antisocial y muy suya, que ve en la tienda en la que trabaja una vía de escape para relacionarse con otras personas y parecer una "persona normal".
El libro, hace una crítica a la sociedad japonesa ya que por parte de ésta se exige o se espera una forma de vida que supuestamente toda mujer debería tener a partir de cierta edad, y todo lo que salga de ese canon es objeto de crítica, y todo el mundo cree que tiene derecho a cuestionar tu situación por el simple hecho de que ellos sí estén siguiendo esas pausas que dicta la sociedad. La autora ha reflejado en el personaje de la protagonista ese inconformismo y esa indiferencia al qué dirán, puesto que Keiko actúa de determinadas formas en la novela para pasar desapercibida entre los demás, pero no porque realmente sea eso lo que ella quiere.
 "Las personas que no contribuyen a la comunidad, ya sea casándose y teniendo hijos o saliendo a cazar y ganando dinero, son herejes. Por eso los demás se meten constantemente es sus vidas."
En cuanto a la estructura del libro, no tiene capítulos, lo que al principio puede parecer un poco raro y puede dar a pensar que la lectura se va a hacer larga y pesada pero es todo lo contrario. Se trata de un libro muy ágil y dinámico que se lee en un suspiro. El personaje principal es el de nuestra protagonista, Keiko, en el que podemos apreciar el inconformismo y la indiferencia que comentaba antes, pero también esa necesidad de parecer "normal" y de actuar de forma "correcta" y de hacer "lo que hay que hacer". También podemos apreciar a otros personajes, como a Shiraha, que nos muestra la otra cara de la moneda.
 El libro aunque breve y conciso, resulta muy interesante. Es una novela sobre la manipulación de los convencionalismos y un canto a la libertad del individuo.
"El pasatiempo favorito de las personas normales es juzgar a las que no lo son."
Se trata de la décima novela de Sayaka Murata (Inzai, 1979), una obra que no sólo le ha deparado el prestigioso Premio Akutagawa 2016 -sin contar con que ganó el Yukio Mishima en tres ocasiones, el Gunzo Prize a escritores noveles, el Noma Literary y un largo etcétera-, sino que la obra lleva vendidos más de un millón de ejemplares en su país y va camino a repetir el fenómeno a escala global con la traducción, de momento, a 31 lenguas.
También Sayaka Murata trabajó muchos años en una tienda konbini, hasta que el éxito de su décima novela -y la proyección que le ofreció la revista británica Granta publicando la primera traducción de una de sus historias- la alejó del trabajo de dependienta. Sin embargo, ahora trabaja en el comedor de su editorial tokiota porque descubrió que necesita esa misma normalidad de la rutina cuadriculada para seguir escribiendo.

viernes, 5 de abril de 2019

Bajo los vientos de Neptuno 
(Fred Vargas) 


El inspector jefe Adamsberg, protagonista de esta serie de novelas negras de Vargas, se marchara junto a su equipo a Canadá, más concretamente al Québec. Allí les impartirán unos cursos sobre ADN, toma de muestras, pelos, fluidos, etc… Adamsberg se lleva consigo una dura carga, la certeza de que un antiguo asesino en serie, que él llama el Tridente, ha vuelto a matar. En Québec tendrá tiempo para poner las piezas sobre la mesa e intentar trazar un plan para coger al asesino. Solo hay un problema, el asesino lleva muerto 16 años.
En medio de un ambiente hostil poblado de funcionarios y políticos corruptos, porteras entrometidas, policías violentos, prostitutas y ladrones de buen corazón, la inteligencia y el arrojo de Ana y los conocimientos lingüísticos y literarios de Beatriz serán sus únicas armas para resolver el caso.


Fred Vargas (seudónimo de Frédérique Audoin-Rouzeau, París, 1957), arqueóloga de formación, es mundialmente conocida como autora de novelas policiacas; hasta el momento ha escrito catorce (todas ellas publicadas por Siruela). Además del Premio Princesa de Asturias de las Letras 2018, ha ganado los más importantes galardones, incluido el prestigioso International Dagger, que le ha sido concedido en tres ocasiones consecutivas. También ha recibido, entre otros, el Prix mystère de la critique (1996 y 2000), el Gran premio de novela negra del Festival de Cognac (1999), el Trofeo 813 o el Giallo Grinzane (2006). Sus novelas han sido traducidas a múltiples idiomas con un gran éxito de ventas, alguna de ellas incluso se ha llevado al cine.

jueves, 14 de marzo de 2019

Los milagros prohibidos 
(Alexis Ravelo) 


Estamos en la isla de La Palma, isla poco conocida para los peninsulares, donde tuvo lugar una de las semanas más importantes y desconocidas de nuestra Guerra Civil: la Semana Roja. Este es el escenario que Alexis Ravelo escoge para contarnos un triángulo amoroso. Por un lado, tendremos a Agustín Santos, el maestro, el comunista, el progresista, casado con Emilia Mederos, una mujer de buena cuna a la que ama más que a su propia vida. Y precisamente de este amor surge el odio de Floro el Hurón, un pretendiente de Emilia que se vio rechazado no solo por otro hombre, sino por un rojo. Floro es falangista, y su odio por Agustín le dará la excusa perfecta para iniciar una persecución encarnizada tras ese hombre que solo ha cometido el pecado de amar a su esposa y de pensar de forma distinta a él. Así, Santos recorrerá los montes de la Palma tratando de huir de guardias y falangistas, adentrándose en una isla que se hace enorme cuando no tienes qué comer ni dónde dormir.
En su periplo por el Cubo de la Galga, el Pico de las Nieves, la caldera de Taburiente, el Pico de la Cruz, la Caldera, el Roque de los Muchachos, sufrirá para su pesar unos de los inviernos más crudos que recogen los anales de La Palma. Como las penas compartidas parece que se llevan mejor, Ravelo le proporcionará a Santos un compañero: a Juan Padilla, el Malhablao. Ambos compañeros de viaje compondrán un binomio con algunos de los mejores diálogos de la novela para mi gusto. Debates y discusiones acerca de “los buenos”, de “los malos”, de los anarquistas, de los republicanos, de cómo en este país solo hay una derecha pero múltiples izquierdas que hacen que sea tan difícil que rememos todos en la misma dirección. Desde la capital, Emilia, sufre la ausencia y la falta de noticias de Agustín, junto con su familia y las familias del resto de personajes. El sargento Vidal y Rosita (madre de Floro) aportan ese punto de equilibrio entre lo negro y lo blanco, dotando de varios tonos de gris a la vida. Ambos son personajes neutrales, con un gran sentido del deber y del honor, sin importarles quién mandé o qué mande. Ellos tan solo se rigen por el sentido común, por la moralidad, por el sentido del deber, por lo que está bien y lo que está mal sin importarles ideologías, colores o bandos. Como ya nos tiene acostumbrados Ravelo, Los milagros prohibidos es una novela de personajes. A pesar de centrar la trama en tres protagonistas, son numerosos los participantes que nos muestran pinceladas de la forma de vivir o de pensar del momento. Un matrimonio que acoge y esconde a Agustín una noche, un niño que le da de comer, un idealista sin miedo a morir siempre que se lleve a un enemigo por delante, una madre que trata de salvar a su hijo que ha escogido el camino equivocado. Aunque el telón de fondo es poderoso y marca los pasos que deben dar cada uno de los personajes, lo que importa de verdad son cada una de las pequeñas historias personales que introduce. Cómo los vecinos terminaron luchando unos contra otros, cómo un hombre tiene que terminar matando a aquel antiguo compañero de escuela, cómo dos hermanos terminan en bandos contrarios. Los libros de historia solo cuentan el relato de los vencedores. En esta novela tendréis la historia de los vencidos, de los perdedores. En “Los milagros prohibidos” se muestra la miseria, el hambre, el rencor, la ira, el dolor, la desesperanza, y sí, también el amor. A lo largo de la lectura haces tuyos cada uno de los personajes, poniéndote en su piel e inevitablemente reflexionando sobre el momento que nos ha tocado vivir a nosotros. La crispación actual, la disparidad de criterios, el miedo y la necesidad nos están llevando a puntos extremos de las ideologías de cada uno de nosotros. Esta novela nos hará reflexionar no solamente sobre el pasado sino también sobre el presente.
Alexis Ravelo (Las Palmas de Gran Canaria, 1971) es un escritor canario especialmente destacado en el campo de la novela negra, el cuento y el microrrelato. Imparte talleres literarios en diversos foros y academias, como La máquina del cuento, Factoría de Ficciones y Vidas cruzadas. Ravelo, que en su blog: www.alexisravelo.wordpress.com, bromea autoetiquetándose como un Escribidor calvo de Las Palmas de Gran Canaria. Escribe Novela negra, cuentos y microrrelato, libro infantil y juvenil, teatro y televisión y, en general, cualquier cosa susceptible de ser escrita y que contribuya a permitirle sobrevivir a base de bocadillos de chopped. Ha afirmado que el texto no es más que escritura hasta que la mirada del lector no lo convierte en literatura. Tiene un estilo rápido. Supedita la estética al desarrollo del argumento, aunque son constantes sus juegos lingüísticos y conceptuales. Frecuentemente ha declarado su intención de escribir textos amenos e incómodos a un tiempo. Sus historias suelen apelar a temas de la filosofía o de asunto socio-político. Alexis Ravelo ha ganado el Premio Hammett a la mejor novela negra publicada en 2013 y El premio Tormo de Las Casas Ahorcadas, por La estrategia del pequinés (Alrevés).

domingo, 3 de febrero de 2019

Las Escalas de Levante 
(Amin Maalouf) 


Amin Maalouf nació el 25 de febrero de 1949, en Beirut, Líbano, país en el que convivían pacíficamente más de una quincena de comunidades culturales. Su familia es de origen árabe, de religión católica y con una larga tradición cultural. Es nieto e hijo de poeta; su padre fundó dos diarios en Beirut.
Al hablar de su obra, hablamos de literatura francesa aunque Amin Maalouf sea libanés, sin embargo todas sus novelas están escritas en lengua francesa ya que, entre otras razones, hay que recordar que el Líbano estuvo durante muchos años bajo mandato francés, aunque hoy en día el idioma oficial es el árabe. Este magnífico escritor pasó a residir en Francia en 1976. Entre sus obras cabe destacar Léon l´Africain (1986) su primera obra basada sobre la vida de un árabe, expulsado de España en tiempos de la Reconquista, y sobre todo su éxodo a través del Maghreb hasta llegar a Roma. También habría que señalar Samarcande, publicada dos años más tarde, obra inspirada en la vida del poeta persa Omar Khayyam. En 1991 vemos aparecer Les jardins de lumière, que es un itinerario del profeta Mani, fundador del maniqueísmo. Al año siguiente Maalouf escribe Le premier siècle après Béatrice, un giro completo en su temático ya que se podría considerar casi como una obra de ciencia ficción.
En 1993 el escritor libanés obtiene el premio Goncourt gracias a Le rocher de Tanios y en el año 2010 gana el Premio Príncipe de Asturias de las Letras, y miembro de la Academia Francesa desde junio de 2011, ocupando la silla que antes había pertenecido a Claude Lévi-Strauss.
 Su obra Les échelles du Levant fue publicada en Francia en 1996. Uno de los aspectos que hay que señalar es la originalidad con la cual Maalouf presenta esta novela. En cuanto el lector abre el libro se encuentra con un efecto realista: el narrador le indica que la historia que le va a contar no le ha ocurrido a él, pero que sin embargo tratará de transmitirla con la mayor coherencia posible. El narrador se topa un día, en el metro parisino, con un hombre cuya cara había visto ya en una pequeña fotografía de un libro de historia. Esta intrigante persona tiene cuatro días para contar su vida a nuestro narrador, que con un cuaderno en mano va anotando todas las aventuras y peripecias que corre el protagonista. Es decir que tenemos dos planos narrativos, dos narradores. El primer narrador lanzándonos, poniendo en marcha lo que cuenta Ossyane, pero el discurso transmitido es el del propio Ossyane. Se trata, pues, de un estilo moderno, bastante parecido al periodístico, en el que el narrador principal sería el entrevistador y Ossyane el entrevistado.
 Pero lo más curioso es la manera en la que esta obra está dividida. Nos encontramos al principio frente a una introducción en la que Maalouf cuenta este curioso encuentro. A continuación el lector se introduce en París con estos dos personajes, protagonista y narrador, y los tres sabemos que sólo nos quedan cuatro días en esta ciudad, cuatro días para saberlo y anotarlo todo. De esta manera después de la introducción tenemos ocho partes que son los ocho momentos de esos cuatro días en los que Ossyane, el héroe, relata su vida, mejor dicho, no su vida, sino medio siglo antes de su nacimiento hasta el preciso instante en que se encuentra en París. Así el libro está dividido en Jueves por la mañana, Jueves por la tarde, Viernes por la mañana, Viernes por la tarde, Sábado por la mañana, Sábado por la tarde, Última noche y Domingo. A través de estos ocho capítulos el lector tiene la posibilidad de recorrer la historia del Líbano desde finales del siglo XIX hasta nuestros días con todo lo que ello conlleva, la agonía del Imperio otomano, problemas raciales entre judíos y árabes, a la vez que vemos partes de la historia reciente francesa como pueden ser las dos guerras mundiales, la Resistencia, etc…
 Además de atravesar la Historia de nuestro último siglo en Oriente Medio y en Francia, Maalouf nos refleja lo duro que puede ser una historia de amor entre una mujer judía y un hombre musulmán. Otro eje temático interesante puede ser el de las relaciones familiares en el seno de los Ketabdar, donde el padre es una especie de aristócrata revolucionario, la abuela una demente, el hermano un tirano…
 Las Escalas del Levante, un rótulo literario con el que Maalouf se refiere a las ciudades comerciales que a lo largo de la historia fueron puntos de contacto entre Oriente y Occidente, nos permite divisar desde la ficción un atractivo panorama de la historia de Oriente Medio y de la Francia ocupada, así como del conflicto árabe-israelí. A pesar de situarse tan lejos de nuestra geografía y de nuestra cultura, logramos entender los problemas de Ossyane y durante unas horas compartimos sus angustias, sus ilusiones, sus ideales…
 Además del testimonio histórico de la novela hay que señalar la sensibilidad profunda del protagonista, nunca aparece bélico ni rencoroso. También es importante percibir el grito de paz que emana de este libro, un grito de auxilio que parte del Líbano y que pide que judíos y musulmanes, negros y blancos puedan vivir en un mismo lugar sin que ello conlleve a conflictos.

miércoles, 23 de enero de 2019

LIQUIDACION FINAL 
(Petros Markaris) 


En los últimos tiempos con la habitual y casi siempre triste presencia en medios de la situación económica y social en Grecia, se ha hablado bastante de un escritor de lo que algunos han etiquetado como “novela negra política”, llamado Petros Markaris. 
LIQUIDACIÓN FINAL es la séptima novela de una serie protagonizada por el comisario Kostas Jaritos, comisario de homicidios de la policía de Atenas. Un tipo maduro que intenta sobrellevar su vida familiar con su mujer y su hija en plena crisis económica donde ni tan siquiera el sueldo de comisario de policía es garantía de cierta calidad de vida. 
Márkaris cuenta que no buscó a Jaritos, un desengañado policía ateniense que le sirve para hacer una representación crítica —que él califica de brechtiana—, de la sociedad actual. "Él vino a mí", dice y explica que después de haber estado escribiendo durante varios años los guiones de la serie televisiva Anatomía de un crimen, se sintió cansado de ella, pero el canal quería seguir y él accedió a prolongar su trabajo por seis meses, y fue entonces que le vino la idea del comisario. Para él mismo fue una sorpresa: "Como fui por largo tiempo un activista de izquierda, no tenía ninguna simpatía por los policías. En Grecia, habían sido sinónimo de fascistas... Pero de pronto, por primera vez, caí en la cuenta que esos pobres policías son pequeños burgueses, que tienen los mismos sueños de que sus hijos puedan estudiar para convertirse en doctores o abogados. Así se comenzó a desarrollar esta construcción: un crimen y una historia familiar contadas paralelamente". 
“Mientras los griegos ricos se las ingenian para no pagar impuestos, los griegos empobrecidos por la crisis sólo pueden indignarse ante el escandaloso fraude fiscal o desesperarse ante el empeoramiento de la situación. Sin embargo, un hombre ha decidido pasar a la acción y tomarse la justicia por su mano. El modus operandi del asesino consiste en mandar una carta a cada posible víctima, diciéndole que o paga la cantidad defraudada o se procederá a la Liquidación final. 
Entretanto, en la Atenas al borde de la quiebra, todo está patas arriba, excepto el Departamento de Homicidios. No hay crímenes, sólo rutina y burocracia. Cuando encuentran el cadáver de la primera víctima que se cobra ese peculiar justiciero, el comisario Kostas Jaritos casi siente alivio. Su jefe le ha hablado de un posible ascenso, pero de momento le han recortado el sueldo y su hija Katerina piensa en emigrar porque no encuentra trabajo. 
El asesino firma como el Recaudador Nacional. Si el defraudador paga, le envía una nota agradeciéndoselo. Si no paga, lo mata con cicuta y abandona su cadáver en recintos arqueológicos. El asesino encuentra un gran apoyo popular, incluso con colectas para pagarle sus honorarios de Recaudador, ya que en apenas unos días recaudó casi un millón de euros, mientras que el Ministerio de Economía era, paradójicamente, inútil en ese tema.” 
Lo más interesante son sus personajes y la forma en que Markaris describe con precisión la desesperanza de un pueblo que ha perdido tanto que incluso ha perdido la esperanza. Sobre todo los jóvenes, cuyo único futuro que se pueden plantear pasa por abandonar el país… 
Quizá el único argumento en contra sería la forma en la que todo se resuelve, el final es muy precipitado, como si la policía dependiera de la suerte para hacer bien su trabajo.

jueves, 17 de enero de 2019

“El hombre del revés” 
 (Fred Vargas) 


Es la novela más atípica hasta el momento de la saga Adamsberg. Hay algo que llama poderosamente la atención. Nuestro querido y venerado Comisario no aparece hasta el último tercio del libro, conformando los dos primeros tercios del libro una especie de novela paralela con mucho menos interés, aunque indispensable para encauzar la verdadera historia, que se escribe de forma magistral desde el momento en que Adamsberg toma el mando.
Las historias de Fred Vargas se caracterizan por sus personajes, siempre atípicos y poco sociables, y por sus asesinatos, tan poco comunes como espeluznantes.
En esta ocasión, un sanguinario lobo está haciendo estragos entre el ganado del Mercantour, un Parque Natural de los Alpes franceses. Sin embargo, los rumores de un posible hombre lobo por la zona se confirman cuando una pastora es brutalmente asesinada, poniendo tras la pista del licántropo a un trío de personajes de lo más peculiar. Camille, viejo amor de Adamsberg, se unirá en su búsqueda a Soliman, un inmigrante africano adoptado por la víctima, y al “Veloso”, pastor de la zona cuyo único hobby consiste en beber vino de su pueblo. Mientras la primera se relaja leyendo el “Catálogo profesional de herramientas”, el joven africano se dedica a memorizar el diccionario y a inventar fábulas. En resumen, un trío pintoresco acorde al prototipo de Fred Vargas.
Este trío es el protagonista durante dos tercios de la novela, hasta que aparece en la acción principal el Comisario Adamsberg. A partir de su presencia la novela coge mucho más ritmo. No dudo que la historia no tenga fuerza por sí misma, pero a un personaje como este hay que sacarle el jugo desde el principio, y junto a él al resto de sus compañeros, ya que en este caso sólo su lugarteniente Danglard aparece, y de pasada. “El hombre del revés” es una historia con una introducción demasiado larga, pero con un final de 150 páginas absolutamente brillantes; y que estamos ante una saga de una calidad altísima, gracias a un personaje como Jean Baptiste Adamsberg, a la altura de los más grandes.

 Fred Vargas, su verdadero nombre es Frédérique Audoin-Rouzeau, pero ha conseguido convertir el seudónimo de Fred Vargas en una auténtica institución de la literatura, en concreto de la novela negra. Escogió como seudónimo el de "Vargas", el mismo que escogió su hermana gemela Joëlle, pintora conocida bajo el nombre de Jo Vargas. Todo lector empedernido que disfrute de la lectura de libros de intriga debería, al menos, conocer las mejores obras de esta autora que todavía continúa asombrando al mundo con sus creaciones.
 Próxima parada… “Bajo los vientos de Neptuno”.