Una pasión escrita
Cuando la joven Victoria regresa a Madrid después de unos años en Viena, se enfrenta a la encorsetada vida social de las mujeres de la alta burguesía española. La época en que frecuentaba los salones literarios vieneses y cultivaba su afición por la escritura parece haberse quedado atrás, pero ella no está dispuesta a resignarse.
Una pasión por la que alzar la voz
Mientras tanto, en la zona más popular de la capital, Diego trabaja en la imprenta familiar al tiempo que lucha por abrirse un hueco como reportero. Son años efervescentes para el periodismo, en los que los artículos de El Imparcial, El Liberal y La Correspondencia son comentados por todos los madrileños. Será precisamente en uno de estos diarios donde los destinos de Victoria y Diego se crucen por primera vez
Tras el
éxito de ‘Un destino propio’, la autora burgalesa María Montesinos acaba de
publicar ‘Una pasión escrita’, la segunda obra de la trilogía sobre mujeres que
lucharon por ejercer su profesión a finales del siglo XIX. Y ante todo deciros
que se trata de novelas de lectura independiente, aunque se crucen personajes y
estén ambientadas en la misma época.
‘Un destino
propio’ con el que comenzó la trilogía fue autopublicado en Amazon bajo el
título ‘El indiano’, aunque la versión posterior cuenta con diversas
modificaciones introducidas por la autora. Es la historia de amor de Héctor
Balboa y Micaela Moreau, una joven soltera de Madrid, empeñada en cambiar el
destino de las niñas sin educación y al mismo tiempo, defender su libertad e
independencia frente a los designios marcados por su familia.
Esa novela
me cautivó y es la que me hizo coger con tantas ganas ‘Una pasión escrita’. En
ella la autora nos lleva al Madrid de la prensa, los gacetilleros, las
imprentas, las tertulias literarias…. un mundo reservado a los hombres, pero al
que muchas mujeres literatas de finales del siglo XIX deseaban acceder.
Es el caso
de Victoria Velarde (que ya apareció en ‘Un destino propio’ como amiga de
Micaela Moreau en la Institución Libre de Enseñanza), una joven aristocrática,
recién llegada de Viena al Madrid provinciano de la época que, como otras
muchas mujeres que le acompañan a lo largo de la novela, lucha por hacer
realidad su sueño y abrirse un hueco como articulista en la prensa de la época
e, incluso, como novelista.
En su
caminar conocerá a Diego Lebrija, miembro de una modesta imprenta familiar en
el barrio de Lavapiés que, tras terminar sus estudios de Derecho, logra abrirse
paso como redactor en varios diarios del momento.
El destino
de ambos personajes se cruza pronto en la novela, pero ninguno de los dos lo va
a tener fácil ni en el amor ni en lo profesional, porque nos encontramos con
una sociedad asentada sobre un rígido sistema de clases y, al mismo tiempo, muy
machista. Victoria se enfrenta al desprecio social y al escarnio de la mayoría
de los hombres que ven las aspiraciones literarias e intelectuales de la mujer
como una afrenta a la moral y a las buenas costumbres de la sociedad. Y Diego
por su origen humilde encontrará el rechazo de la familia de Victoria.
No podemos
olvidar que nos encontramos entre los años 1879 y 1885, cuando en España se
sucedían gobiernos conservadores (de Antonio Cánovas del Castillo) y
progresistas (de Práxedes Mateo Sagasta) y el país arrastraba numerosos
problemas internos: un clima de revuelas e inestabilidad política constante
consecuencia del enfrentamiento entre los partidarios de ambos bandos y, en
consecuencia, un estado de corrupción permanente, de atraso económico, de
hambre y pobreza enquistada, analfabetismo, especialmente femenino, y huelgas,
en un Estado en bancarrota.
En este
sentido esta novela, como la anterior, está magníficamente ambientada y la
recreación de las redacciones de los periódicos de la época y de los talleres
de impresión es perfecta. Lo mismo digo del uso del lenguaje pues aparecen
numerosos términos propios de instrumentos de trabajo, prendas de vestir y
expresiones de la época. Porque María Montesinos ha cuidado todos los detalles
para ofrecernos una maravillosa novela en la que vuelve a hacernos partícipes
de la batalla de muchas mujeres a finales de siglo por ejercer sus derechos,
algunas de las cuales aparecen a lo largo de las páginas como Emilia Pardo
Bazán, Concepción Arenal o Rosalía de Castro.
Este romance histórico tiene un final muy abierto porque la historia de amor de Victoria y Diego debe sin remedio continuar.