lunes, 29 de abril de 2019

Pan, educación, libertad 
 (Petros Markaris) 


Esta novela es la culminación de la denominada "Trilogía de la Crisis". Después de "Con el agua al cuello" y "Liquidación final", el comisario Kostas Jaritos se enfrenta a un nuevo y complejo caso en medio de una Grecia que camina a pasos agigantados hacia el abismo. Con gran maestría, el autor vuelve a deleitarnos con una entretenida trama policíaca al mismo tiempo que realiza un certero retrato de la caótica situación que sufre el país heleno y que se extiende al resto de países del sur de Europa.
 La vida del comisario Jaritos, como la de su familia y el conjunto de la sociedad griega, es cada día más complicada. Comienza el año 2014, Grecia suspende pagos, se ha salido del euro y recupera el dracma, su vieja moneda (ojo, que también España suspende pagos ese 1 de enero e Italia se asoma peligrosamente al abismo). La calle está tomada por manifestantes jóvenes que celebran que el país sea dueño de su destino, sin tener que mirar a Alemania, y otros, ya mayores, que critican las medidas del Gobierno de Atenas y piensan que sus pensiones, en dracmas, no les alcanzarán para nada más allá de la miseria. La Policía, que no cobrará al menos durante tres meses, no tiene tiempo para lamentarse porque la tensión en la calle es grande. No es el mejor día para que aparezca muerto un importante empresario de la construcción, cuyo hijo es un conocido militante izquierdista, un tipo solidario que trabaja por los desheredados. El muerto tomó parte en lo que se recuerda como los Hechos de la Politécnica, una rebelión estudiantil contra la dictadura militar, que puso en jaque al Gobierno en 1973. El lema de aquellos días en la Universidad era ‘Pan, educación, libertad’, y justo esa reclamación es la que alguien ha colocado en el móvil del muerto, a modo de timbre. Lo más interesante es el retrato de una sociedad exhausta por la crisis, sin más horizonte que sobrevivir hasta el mes próximo. Y, por supuesto, el análisis del fin del idealismo, del cambio de aquella generación de universitarios que se jugaban la vida o al menos su futuro por la democracia pero que luego han renunciado a sus principios para instalarse en los lugares de privilegio de un sistema débil y corrupto. Márkaris relata de manera muy directa, describiendo la situación del país a partir de pequeños datos, de anécdotas reveladoras (la olla que prepara la esposa de Jaritos para toda la familia porque es más barato cocinar de una vez para muchos que hacerlo en dos o tres casas distintas…) y demostrando, por si a estas alturas aún fuera necesario, que la ficción bien hecha presenta una pintura de la realidad tan buena o mejor que cualquier tratado. Petros Márkaris (Estambul, 1937) estudió ciencias económicas en Viena y en Stuttgart, y posteriormente se trasladó a Atenas, donde reside. Guionista de televisión y autor teatral, ha colaborado en varios guiones del cineasta griego Theo Angelópoulos, como el de La mirada de Ulises. Es autor del volumen de ensayos La espada de Damocles, en torno a la crisis griega. La fama le ha llegado con la serie de novelas policiacas protagonizadas por el irónico y políticamente incorrecto comisario griego Kostas Jaritos, merecedoras de galardones como el Pepe Carvalho, el Premio Negra y Criminal 2011 y el Point du Polar Européen 2013: Noticias de la noche, Defensa cerrada, Suicidio perfecto, El accionista mayoritario, Muerte en Estambul, Con el agua al cuello y Liquidación final, publicadas por Tusquets Editores. Con Pan, educación, libertad, el nuevo caso de Jaritos, que culmina la exitosa Trilogía de la Crisis, Márkaris nos ofrece una ácida novela policiaca que sumerge al lector en el ya trágico día a día de los ciudadanos griegos, mientras desentraña las causas de la terrible situación que vive el país.

domingo, 7 de abril de 2019

La dependienta 
(Sayaka Murata) 


 La dependienta nos cuenta la historia de Keiko Furukura, una mujer japonesa de 36 años, soltera y sin aspiraciones en la vida, que trabaja como dependienta en una konbini desde hace dieciocho años, una tienda japonesa abierta las veinticuatro horas del día, los siete días de la semana, donde pueden encontrarse los productos más diversos.
La historia está narrada en primera persona por nuestra protagonista, lo que le da un toque más íntimo y permite empatizar más con la situación que nos expone. Furukura siente que vive una vida que no es la suya, ya que todo el mundo le cuestiona y le pide una explicación sobre su situación. "¿Por qué no buscas un trabajo fijo?", "¿Por qué sigues trabajando por horas?", "¿Nunca has tenido pareja?", "¿Es que no piensas casarte?", "Deberías poner un poco de orden en tu vida." El día a día de Keiko se basa en encontrar excusas que justifiquen preguntas como las anteriores. Keiko es una persona un poco antisocial y muy suya, que ve en la tienda en la que trabaja una vía de escape para relacionarse con otras personas y parecer una "persona normal".
El libro, hace una crítica a la sociedad japonesa ya que por parte de ésta se exige o se espera una forma de vida que supuestamente toda mujer debería tener a partir de cierta edad, y todo lo que salga de ese canon es objeto de crítica, y todo el mundo cree que tiene derecho a cuestionar tu situación por el simple hecho de que ellos sí estén siguiendo esas pausas que dicta la sociedad. La autora ha reflejado en el personaje de la protagonista ese inconformismo y esa indiferencia al qué dirán, puesto que Keiko actúa de determinadas formas en la novela para pasar desapercibida entre los demás, pero no porque realmente sea eso lo que ella quiere.
 "Las personas que no contribuyen a la comunidad, ya sea casándose y teniendo hijos o saliendo a cazar y ganando dinero, son herejes. Por eso los demás se meten constantemente es sus vidas."
En cuanto a la estructura del libro, no tiene capítulos, lo que al principio puede parecer un poco raro y puede dar a pensar que la lectura se va a hacer larga y pesada pero es todo lo contrario. Se trata de un libro muy ágil y dinámico que se lee en un suspiro. El personaje principal es el de nuestra protagonista, Keiko, en el que podemos apreciar el inconformismo y la indiferencia que comentaba antes, pero también esa necesidad de parecer "normal" y de actuar de forma "correcta" y de hacer "lo que hay que hacer". También podemos apreciar a otros personajes, como a Shiraha, que nos muestra la otra cara de la moneda.
 El libro aunque breve y conciso, resulta muy interesante. Es una novela sobre la manipulación de los convencionalismos y un canto a la libertad del individuo.
"El pasatiempo favorito de las personas normales es juzgar a las que no lo son."
Se trata de la décima novela de Sayaka Murata (Inzai, 1979), una obra que no sólo le ha deparado el prestigioso Premio Akutagawa 2016 -sin contar con que ganó el Yukio Mishima en tres ocasiones, el Gunzo Prize a escritores noveles, el Noma Literary y un largo etcétera-, sino que la obra lleva vendidos más de un millón de ejemplares en su país y va camino a repetir el fenómeno a escala global con la traducción, de momento, a 31 lenguas.
También Sayaka Murata trabajó muchos años en una tienda konbini, hasta que el éxito de su décima novela -y la proyección que le ofreció la revista británica Granta publicando la primera traducción de una de sus historias- la alejó del trabajo de dependienta. Sin embargo, ahora trabaja en el comedor de su editorial tokiota porque descubrió que necesita esa misma normalidad de la rutina cuadriculada para seguir escribiendo.

viernes, 5 de abril de 2019

Bajo los vientos de Neptuno 
(Fred Vargas) 


El inspector jefe Adamsberg, protagonista de esta serie de novelas negras de Vargas, se marchara junto a su equipo a Canadá, más concretamente al Québec. Allí les impartirán unos cursos sobre ADN, toma de muestras, pelos, fluidos, etc… Adamsberg se lleva consigo una dura carga, la certeza de que un antiguo asesino en serie, que él llama el Tridente, ha vuelto a matar. En Québec tendrá tiempo para poner las piezas sobre la mesa e intentar trazar un plan para coger al asesino. Solo hay un problema, el asesino lleva muerto 16 años.
En medio de un ambiente hostil poblado de funcionarios y políticos corruptos, porteras entrometidas, policías violentos, prostitutas y ladrones de buen corazón, la inteligencia y el arrojo de Ana y los conocimientos lingüísticos y literarios de Beatriz serán sus únicas armas para resolver el caso.


Fred Vargas (seudónimo de Frédérique Audoin-Rouzeau, París, 1957), arqueóloga de formación, es mundialmente conocida como autora de novelas policiacas; hasta el momento ha escrito catorce (todas ellas publicadas por Siruela). Además del Premio Princesa de Asturias de las Letras 2018, ha ganado los más importantes galardones, incluido el prestigioso International Dagger, que le ha sido concedido en tres ocasiones consecutivas. También ha recibido, entre otros, el Prix mystère de la critique (1996 y 2000), el Gran premio de novela negra del Festival de Cognac (1999), el Trofeo 813 o el Giallo Grinzane (2006). Sus novelas han sido traducidas a múltiples idiomas con un gran éxito de ventas, alguna de ellas incluso se ha llevado al cine.