Las Escalas de Levante
(Amin Maalouf)
Al hablar de su obra, hablamos de literatura francesa aunque Amin Maalouf sea libanés, sin embargo todas sus novelas están escritas en lengua francesa ya que, entre otras razones, hay que recordar que el Líbano estuvo durante muchos años bajo mandato francés, aunque hoy en día el idioma oficial es el árabe. Este magnífico escritor pasó a residir en Francia en 1976. Entre sus obras cabe destacar Léon l´Africain (1986) su primera obra basada sobre la vida de un árabe, expulsado de España en tiempos de la Reconquista, y sobre todo su éxodo a través del Maghreb hasta llegar a Roma. También habría que señalar Samarcande, publicada dos años más tarde, obra inspirada en la vida del poeta persa Omar Khayyam. En 1991 vemos aparecer Les jardins de lumière, que es un itinerario del profeta Mani, fundador del maniqueísmo. Al año siguiente Maalouf escribe Le premier siècle après Béatrice, un giro completo en su temático ya que se podría considerar casi como una obra de ciencia ficción.
En 1993 el escritor libanés obtiene el premio Goncourt gracias a Le rocher de Tanios y en el año 2010 gana el Premio Príncipe de Asturias de las Letras, y miembro de la Academia Francesa desde junio de 2011, ocupando la silla que antes había pertenecido a Claude Lévi-Strauss.
Su obra Les échelles du Levant fue publicada en Francia en 1996. Uno de los aspectos que hay que señalar es la originalidad con la cual Maalouf presenta esta novela. En cuanto el lector abre el libro se encuentra con un efecto realista: el narrador le indica que la historia que le va a contar no le ha ocurrido a él, pero que sin embargo tratará de transmitirla con la mayor coherencia posible. El narrador se topa un día, en el metro parisino, con un hombre cuya cara había visto ya en una pequeña fotografía de un libro de historia. Esta intrigante persona tiene cuatro días para contar su vida a nuestro narrador, que con un cuaderno en mano va anotando todas las aventuras y peripecias que corre el protagonista. Es decir que tenemos dos planos narrativos, dos narradores. El primer narrador lanzándonos, poniendo en marcha lo que cuenta Ossyane, pero el discurso transmitido es el del propio Ossyane. Se trata, pues, de un estilo moderno, bastante parecido al periodístico, en el que el narrador principal sería el entrevistador y Ossyane el entrevistado.
Pero lo más curioso es la manera en la que esta obra está dividida. Nos encontramos al principio frente a una introducción en la que Maalouf cuenta este curioso encuentro. A continuación el lector se introduce en París con estos dos personajes, protagonista y narrador, y los tres sabemos que sólo nos quedan cuatro días en esta ciudad, cuatro días para saberlo y anotarlo todo. De esta manera después de la introducción tenemos ocho partes que son los ocho momentos de esos cuatro días en los que Ossyane, el héroe, relata su vida, mejor dicho, no su vida, sino medio siglo antes de su nacimiento hasta el preciso instante en que se encuentra en París. Así el libro está dividido en Jueves por la mañana, Jueves por la tarde, Viernes por la mañana, Viernes por la tarde, Sábado por la mañana, Sábado por la tarde, Última noche y Domingo. A través de estos ocho capítulos el lector tiene la posibilidad de recorrer la historia del Líbano desde finales del siglo XIX hasta nuestros días con todo lo que ello conlleva, la agonía del Imperio otomano, problemas raciales entre judíos y árabes, a la vez que vemos partes de la historia reciente francesa como pueden ser las dos guerras mundiales, la Resistencia, etc…
Además de atravesar la Historia de nuestro último siglo en Oriente Medio y en Francia, Maalouf nos refleja lo duro que puede ser una historia de amor entre una mujer judía y un hombre musulmán. Otro eje temático interesante puede ser el de las relaciones familiares en el seno de los Ketabdar, donde el padre es una especie de aristócrata revolucionario, la abuela una demente, el hermano un tirano…
Las Escalas del Levante, un rótulo literario con el que Maalouf se refiere a las ciudades comerciales que a lo largo de la historia fueron puntos de contacto entre Oriente y Occidente, nos permite divisar desde la ficción un atractivo panorama de la historia de Oriente Medio y de la Francia ocupada, así como del conflicto árabe-israelí. A pesar de situarse tan lejos de nuestra geografía y de nuestra cultura, logramos entender los problemas de Ossyane y durante unas horas compartimos sus angustias, sus ilusiones, sus ideales…
Además del testimonio histórico de la novela hay que señalar la sensibilidad profunda del protagonista, nunca aparece bélico ni rencoroso. También es importante percibir el grito de paz que emana de este libro, un grito de auxilio que parte del Líbano y que pide que judíos y musulmanes, negros y blancos puedan vivir en un mismo lugar sin que ello conlleve a conflictos.