LIQUIDACION FINAL
(Petros Markaris)
En los últimos tiempos con la habitual y casi siempre triste presencia en medios de la situación económica y social en Grecia, se ha hablado bastante de un escritor de lo que algunos han etiquetado como “novela negra política”, llamado Petros Markaris.
LIQUIDACIÓN FINAL es la séptima novela de una serie protagonizada por el comisario Kostas Jaritos, comisario de homicidios de la policía de Atenas. Un tipo maduro que intenta sobrellevar su vida familiar con su mujer y su hija en plena crisis económica donde ni tan siquiera el sueldo de comisario de policía es garantía de cierta calidad de vida.
Márkaris cuenta que no buscó a Jaritos, un desengañado policía ateniense que le sirve para hacer una representación crítica —que él califica de brechtiana—, de la sociedad actual. "Él vino a mí", dice y explica que después de haber estado escribiendo durante varios años los guiones de la serie televisiva Anatomía de un crimen, se sintió cansado de ella, pero el canal quería seguir y él accedió a prolongar su trabajo por seis meses, y fue entonces que le vino la idea del comisario. Para él mismo fue una sorpresa: "Como fui por largo tiempo un activista de izquierda, no tenía ninguna simpatía por los policías. En Grecia, habían sido sinónimo de fascistas... Pero de pronto, por primera vez, caí en la cuenta que esos pobres policías son pequeños burgueses, que tienen los mismos sueños de que sus hijos puedan estudiar para convertirse en doctores o abogados. Así se comenzó a desarrollar esta construcción: un crimen y una historia familiar contadas paralelamente".
“Mientras los griegos ricos se las ingenian para no pagar impuestos, los griegos empobrecidos por la crisis sólo pueden indignarse ante el escandaloso fraude fiscal o desesperarse ante el empeoramiento de la situación. Sin embargo, un hombre ha decidido pasar a la acción y tomarse la justicia por su mano.
El modus operandi del asesino consiste en mandar una carta a cada posible víctima, diciéndole que o paga la cantidad defraudada o se procederá a la Liquidación final.
Entretanto, en la Atenas al borde de la quiebra, todo está patas arriba, excepto el Departamento de Homicidios. No hay crímenes, sólo rutina y burocracia. Cuando encuentran el cadáver de la primera víctima que se cobra ese peculiar justiciero, el comisario Kostas Jaritos casi siente alivio. Su jefe le ha hablado de un posible ascenso, pero de momento le han recortado el sueldo y su hija Katerina piensa en emigrar porque no encuentra trabajo.
El asesino firma como el Recaudador Nacional. Si el defraudador paga, le envía una nota agradeciéndoselo. Si no paga, lo mata con cicuta y abandona su cadáver en recintos arqueológicos.
El asesino encuentra un gran apoyo popular, incluso con colectas para pagarle sus honorarios de Recaudador, ya que en apenas unos días recaudó casi un millón de euros, mientras que el Ministerio de Economía era, paradójicamente, inútil en ese tema.”
Lo más interesante son sus personajes y la forma en que Markaris describe con precisión la desesperanza de un pueblo que ha perdido tanto que incluso ha perdido la esperanza. Sobre todo los jóvenes, cuyo único futuro que se pueden plantear pasa por abandonar el país…
Quizá el único argumento en contra sería la forma en la que todo se resuelve, el final es muy precipitado, como si la policía dependiera de la suerte para hacer bien su trabajo.