El silencio de la ciudad blanca
(Eva García Sáenz de Urturi)
("flores del sol", según una leyenda vasca la tierra creó esta flor que hasta nuestros días defiende las casas de los malos espíritus, brujos, lamias, genios de la enfermedad, la tempestad y el rayo) a su alrededor y con picaduras de abejas en la garganta.
Todos los escenarios de los crímenes tienen que ver con la historia de Álava. “Empiezan en el dolmen de la Chabola de la Hechicera donde aparecen los cuerpos sin vida de dos recién nacidos, en el Poblado de La Hoya, un niño y una niña de cinco años, en el Valle Salado dos chiquillos de diez años y en la muralla medieval de Vitoria dos jóvenes de quince años.
” El protagonista, el inspector Unai López de Ayala -alias Kraken- intenta frenar esos crímenes. Cada poco, siempre en fiestas importantes de Vitoria o Álava como La Blanca o el Día del Blusa, aparece una pareja asesinada más: “Es una cuenta atrás para frenar los asesinatos.
Éste es el cuarto libro de la autora de “La saga de los longevos” la novela inicialmente autopublicada que cambió la vida de su autora en 2012. Tras los dos continuación de esta saga, "La vieja familia" y "Los hijos de Adan", publicó “Pasaje a Tahití”. Unos años antes Eva García había participado en varios concursos de relatos cortos en los que o bien ganó o quedó clasificada. Eso le animó a escribir y autopublicar el libro.
Aunque siempre ha estado vinculada al mundo de la literatura “en mi casa siempre se ha escrito. Mi padre era abogado y también escribía” también se formó en la Escuela de Escritores de Fuentetaja de Madrid y en el Aula de Escritores de Barcelona. Durante 10 años ocupó varios puestos de alta dirección en el sector óptico. Después obtuvo un plaza fija en la Universidad de Alicante. Actualmente está en excedencia y se dedica de forma exclusiva a la literatura. Además de escribir, esta vitoriana, que vive a caballo entre Vitoria y Alicante, imparte conferencias y cursos. De hecho su curso online es el más visto en la red: “Enseño lo que he aprendido, cómo vender más o cómo promocionarse en la redes sociales.” “El silencio de la ciudad blanca” es la primera novela negra que escribe. “Cada vez que subía a Vitoria compraba todos los libros de historia de Álava, quería escribir algo de Vitoria y Alava, pensaba que sería otra novela histórica pero estaba un poco satura del género y últimamente lo que leía era novela negra. Un día se me ocurrió la idea de los cronocrímenes y así nació esta novela negra pero con poso histórico.
Han pasado ya veinte años desde que tuvo lugar el que en principio se llamó “El doble crimen del dolmen”, pero que en la práctica terminó siendo una matanza en serie en el que se cometieron cuatro asesinatos dobles. El asesino mataba por parejas: un hombre y una mujer. Aparecían desnudos uno junto al otro y acariciándose la mejilla. Además, las víctimas no tienen cualquier edad: recién nacidos, cinco años, diez años, quince años… Una macabra secuencia que se vio interrumpida por la detención del asesino: Tasio Ortiz de Zárate, un brillante arqueólogo que además era toda una estrella mediática. Lo más sorprendente del caso es que el encargado de su detención fue Ignacio, su hermano gemelo. Y ahora, veinte años después, cuando Tasio está a punto de salir de la cárcel con un permiso de una semana, la macabra secuencia vuelve a reanudarse con el asesinato de una pareja de veinte años.
«Es obvio que toda esta serie de asesinatos mantiene un elemento inexplicable a primera vista: parecen obra del mismo asesino, pero el asesino está en la cárcel, así que no ha podido ser él, al menos, materialmente hablando. (Página 122)
Los encargados de resolver el caso son la Subcomisaria Alba Díaz de Salvatierra, recién llegada a Vitoria y el Inspector Unai López de Ayala, un experto en trazar perfiles criminales.
El silencio de la ciudad blanca es una novela de personajes. Está poblada de personajes singulares, muchos de los cuales serían merecedores de una novela propia, comenzando por el abuelo de Unai, un personaje que encarna la sabiduría popular vasca, sus mejores tradiciones. O por Germán, su hermano, al que su mínima estatura la ha hecho crecer en fuerza y coraje. O los dos hackers que aparecen en esta novela: MatuSalem, un joven genio que ya ha tenido que pasar por la cárcel o Golden, la sexagenaria abuela de la que nadie sospecharía sus habilidades con el ordenador. Eso sin contar con las andanzas de Ignacio y Tasio, los dos inseparables gemelos. Estos personajes pertenecen a la historia presente. Los personajes del pasado son: Blanca Díaz de Antoñana, a punto de casarse con un joven de buena familia, Javier Ortiz de Zárate, un hombre violento que la maltrata pero a quien no es capaz de plantar cara. Su ginecólogo el doctor Urbina el único en el que va a encontrar apoyo.
Creando al lector unas ganas tremendas de avanzar y avanzar en la novela en busca de un final que cubra todas las incógnitas en principio aparentemente imposibles de resolver que la autora ha ido poniendo en el camino. Al final se unen las tramas del presente y del pasado, y es cuando se resuelve el misterio.
Una trama bien ideada y perfectamente finalizada.